La Cancillería argentina puso en marcha ayer una ofensiva para desplegar sus argumentos en el conflicto por las papeleras ante sus socios del Mercosur. La intención de la cartera que encabeza Jorge Taiana es que el problema quede circunscripto a lo bilateral y no se expanda al bloque, tal como viene proponiendo Uruguay. Para ello, dos funcionarios de la Cancillería iniciaron una minigira por Venezuela, Paraguay y Brasil.

El subsecretario de Integración Económica, Eduardo Sigal, se mantiene en contacto desde la noche del domingo con los principales referentes del gobierno venezolano. Por su parte, el secretario de Comercio de la Cancillería, Alfredo Chiaradía, viajó ayer a Asunción y hoy lo hará a Brasilia. En ambos casos los funcionarios de la diplomacia argentina buscan el consenso de los gobiernos latinoamericanos para evitar que el tema explote en el Mercosur. “Me voy altamente satisfecho”, señaló Sigal a Página/12 al repasar con este diario los pormenores de las reuniones que mantuvo en Venezuela.

Desde la noche del domingo hasta la mañana de hoy, en la que retornará a la Argentina, Sigal se reunió con el vicepresidente venezolano, José Rangel, y con el ministro de Integración, Gustavo Márquez. La reunión del consejo de ministros venezolanos le impidió mantener un encuentro personal con el canciller de Venezuela, Alí Rodríguez. Esto no fue un obstáculo para que tuvieran una larga comunicación telefónica.

Sigal repasó los argumentos argentinos y se detuvo en las tres ocasiones en las que para la administración argentina Uruguay violó el Tratado del Río Uruguay. Actividades que habitualmente se analizan en la comisión conocida como CARU, nacida en el tratado de 1975. También se explayó sobre los reiterados pedidos en los que, sin éxito, Argentina solicitó información sobre el acumulativo impacto medioambiental.

“Queremos explicarles a nuestros socios que ésta es una controversia bilateral que tiene pautas claras y contempladas en la CARU”, dijo Sigal a este diario. El subsecretario también comentó que en casi todos sus encuentros los venezolanos se mostraron preocupados por el estado del conflicto, a la vez que se ofrecieron como mediadores en caso de que ambos países lo reclamen.

Sigal comentó que, luego de su exposición, el vicepresidente Rangel le formuló una catarata de preguntas. Entre otras cuestiones, quiso saber: el origen del Tratado del Río Uruguay, las posiciones que mantienen las dos empresas cuestionadas, las respuestas entregadas por el gobierno uruguayo y pormenores de los tratados y acuerdos firmados entre Uruguay y Finlandia. Rangel se comprometió ante Sigal que le trasladaría el tema, y sus detalles, al presidente Hugo Chávez.

El dato tiene su importancia, ya que precisamente a partir de hoy Chávez participará, junto a sus pares de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, de Bolivia, Evo Morales, y de Uruguay, Tabaré Vázquez, de una serie de reuniones en Asunción en las que se analizará la posibilidad de interconexión de esos países al gasoducto que Venezuela quiere construir desde su país hasta la Argentina, así como posibles vías fluviales que garanticen una salida al mar para Bolivia.

Tanto Sigal como Chiaradía son dos funcionarios que tienen al Mercosur como centro de sus actividades. El hecho de que hasta el momento no hubieran intervenido en la controversia muestra la decisión gubernamental de excluir al Mercosur. Encuentros similares a los que mantuvieron los dos diplomáticos argentinos Tabaré Vázquez los concretó semanas atrás. Uruguay espera respuesta a su pedido de convocar al Consejo de Estado del Mercosur. Si bien la Argentina mantiene la presidencia pro tempore del bloque, esta convocatoria debe contar con el respaldo unánime de sus integrantes. Algo imposible de alcanzar ante la negativa argentina.