La intención de Uruguay de plantear el conflicto de las papeleras como un problema regional tuvo ayer como nuevo capítulo la reunión de Tabaré Vázquez con George W. Bush. El mandatario aprovechó su desembarco en la Casa Blanca para plantear el tema y lo enmarcó dentro de las dificultades que atraviesa el Mercosur. Al respecto, ratificó la voluntad de su gobierno de permanecer en el bloque, pero también volvió a insistir en su interés por diversificar las negociaciones con otros países. En este sentido, su evaluación sobre el viaje fue positiva. Aunque todo indica que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos tendrá que esperar, la comitiva que lo acompañó festejó con cierto optimismo un “afianzamiento de las relaciones” con Washington.

“Me llama la atención que Argentina titule (el conflicto) como bilateral”, fue una de las primeras declaraciones que Tabaré deslizó al salir de la reunión. El gesto sirvió así para sintetizar el clima del encuentro, que indudablemente estuvo marcado por el conflicto que Uruguay atraviesa con Argentina. Vázquez le presentó a Bush su panorama sobre la cuestión –a la que calificó de “lamentable”–, haciendo hincapié en su carácter regional. “Queríamos informar a Estados Unidos sobre esta situación, pero pude detectar que el presidente estaba informado. Queda así absolutamente demostrado que este conflicto no es bilateral y que ha impactado en la región. Se habla aquí y se va a hablar en Europa. Tiene una dimensión internacional por lo irracional”, remató.

Contra el argumento que maneja la administración de Néstor Kirchner, insistiendo en que se trata de un conflicto entre la Argentina y Uruguay, el gobierno de Vázquez viene agotando todos los pasos que están a su alcance para lograr la intervención de otros países. Primero solicitó que se convoque al Consejo del Mercosur. Luego, como la medida se vio frustrada ante el rechazo argentino, envió una demanda ante el tribunal arbitral del bloque y el miércoles se presentó ante la OEA.

Es de esta forma como el viaje de Vázquez a Estados Unidos parece haber alcanzado dos objetivos. Por un lado, concretó un nuevo paso en su estrategia. Ejemplos de ello: la reunión con el directorio del Banco Mundial y el encuentro con Bush, aunque los resultados hayan sido distintos. Mientras el titular del BM, Paul Wolfowitz, ratificó su interés en “apoyar los proyectos financieramente”, desde la Casa Blanca la respuesta fue más moderada. Al hablar sobre el diferendo con Argentina, el vocero de Bush se limitó a señalar que “es un asunto bilateral”, con lo cual “cómo se soluciona o dónde deben decidirlo ambos países”.

Pero eso no fue todo. El viaje también tuvo un corolario comercial y, si bien el TLC quedó afuera de la agenda, en el entorno presidencial consideraron que la reunión de ayer sirvió “como un gran avance para entrar al mercado de Estados Unidos”. En realidad, la idea de fortalecer los lazos comerciales con Washington cobra cada vez mayor protagonismo en el país vecino, mientras su distanciamiento con el Mercosur se hace más notable. Al punto que esta semana corrió el rumor sobre las intenciones de Tabaré de dejar el bloque. En este contexto, la cuestión no pudo dejar de estar presente en el diálogo entre ambos mandatarios. Al referirse al tema, Vázquez ratificó la permanencia de su país, pero la condicionó al futuro de las negociaciones dentro del grupo. Consultado sobre cómo podrían afectar las gestiones comerciales de Uruguay con otros países, fue más que claro: “Uruguay no renuncia a trabajar por un mejor Mercosur, pero también defenderá su derecho a buscar la diversificación de sus mercados”.

Informe: Carolina Keve.