Las palabras fueron precisas y no tuvieron nada de los eufemismos tan comunes en la diplomacia. “El embajador Capella no regresa a Buenos Aires. Hubo algunas cosas que generaron algún malestar en el gobierno argentino y algunos sectores aliados al gobierno argentino. No me pidió nada Néstor (por Kirchner), porque tenemos una relación franca y respetuosa. Pero esto es como con el embajador en Chile, que cometió un error.” En su primera conferencia de prensa tras su amplia victoria en las elecciones, Chávez no se anduvo con vueltas para confirmar que Roger Capella dejaría la embajada en Buenos Aires. La noticia coincidió con el anuncio de que mañana hará un viaje relámpago a Buenos Aires para reunirse a solas con Néstor Kirchner. “Pasado mañana estaremos con Kirchner también, celebrando con una copa de buen vino que tiene allá”, prometió Chávez con una sonrisa.

Chávez dedicó una parte de su extensa conferencia a la situación de Capella, el saliente embajador en Buenos Aires. “Son buenos funcionarios, pero están sometidos a mucha presión y son muy observados. Pronto anunciaré el nombre del nuevo embajador”, dijo. De esa forma se refirió al diplomático que estuvo en funciones hasta hace dos semanas. Ex ministro de Salud, Capella había sucedido en la delegación al periodista Fredy Balzán, embajador de Venezuela durante los primeros tiempos de la gestión de Kirchner.

El alejamiento de Capella comenzó a definirse hace veinte días, luego de que el ex subsecretario Luis D’Elía se presentara en la Embajada de Irán y se solidarizara ante el pedido de captura de ocho ex funcionarios de ese país por la causa AMIA. Para el Gobierno, Capella impulsó a D’Elía para que fuera a la Embajada de Irán y dejara un documento denunciando la injerencia de Estados Unidos e Israel en la investigación del atentado.

Consultado por Página/12, Capella negó que haya “bajado línea”, aunque sí reconoció que compartió un almuerzo con D’Elía (ver aparte).

Consultado por este tema, Chávez no tuvo ningún prurito en anunciar el alejamiento de su funcionario. Igualmente, el regreso definitivo de Capella a Venezuela no sorprendió demasiado ni en Caracas ni en Buenos Aires. La novedad fue que el propio Chávez se encargara personalmente de confirmar la decisión, lo que pareció un gesto de buena voluntad hacia Kirchner. El domingo a la noche, el Presidente y su esposa, la senadora Cristina Fernández, habían felicitado por teléfono al mandatario venezolano por su victoria en las urnas. Chávez prevé aprovechar el momento para alejar cualquier sombra que haya surgido en la relación bilateral. Un primer paso lo dio con el anuncio del crédito a SanCor.

Aunque el viaje a Buenos Aires está confirmado, aún no se sabe cuántas horas pasará Chávez en tierra argentina. Hoy estará en Brasilia y le agradecerá a Lula que haya viajado a Venezuela en plena campaña. Mañana llegará a la zona militar del aeroparque Jorge Newbery, pero no se sabe en qué momento del día. “Todavía no tenemos la agenda. Lo que sí sabemos es que viene. Casa Militar ya nos lo confirmó. Podría quedarse a pasar la noche”, informaban en la embajada venezolana. Otro de los temas que traerá Chávez en sus valijas es el Gran Gasoducto del Sur, el proyecto que prevé unir el Orinoco con el Río de la Plata para abastecer de gas a Sudamérica. Habrá que ver si Chávez logra contagiar su entusiasmo. Argumentos no le faltan: petróleo, millones de dólares en reservas bancarias y 61 por ciento de votos en la reciente elección presidencial.