La semana que viene, precisamente el martes, el tribunal de La Haya dará su veredicto sobre la medida cautelar solicitada por Uruguay, en demanda por los cortes que realizan asambleístas de Entre Ríos en los pasos fronterizos que conectan la Argentina y ese país. “El pálpito de la gente es que se viene un fallo adverso”, se sinceró ayer el asambleísta Juan Ferrari, mientras sus compañeros se aprestaban a debatir anoche una versión que indica que la empresa Botnia está dispuesta a iniciar una negociación para buscar una solución al conflicto.

Además de recibir la notificación de la Corte con la fecha exacta del fallo, ayer al jefe de la delegación uruguaya ante La Haya, Héctor Gros Espiell, le llegó la copia de los ocho volúmenes que componen la acusación formal presentada por Argentina contra Uruguay, en los que se alegan violaciones al estatuto del río, de soberanía compartida, sobre cuya margen se erige la pastera finlandesa. “Nuestro país habrá de responder punto por punto los argumentos esgrimidos por Argentina”, comentó Gros Espiell, actual embajador uruguayo en Francia, quien afirmó que su equipo jurídico “se tomará todo el plazo legal –hasta el mes de julio– para redactar la contra memoria”.

Mientras tanto, los asambleístas de Gualeguaychú se desayunaron con la noticia de que en Botnia pensaban en relocalizar la planta (primicia desmentida horas después por la propia empresa). “Son todas bombas de humo, no vamos a adelantarnos a las cosas hasta que ocurran”, refirió José Pouler, coordinador de la Asamblea, al tiempo que desestimó la medida cautelar para frenar los cortes presentada en noviembre pasado por la comitiva uruguaya porque “el tema de fondo es otro”. Por eso, los ambientalistas entrerrianos decidirán si continúan con el bloqueo al acceso del puente General San Martín sólo después de escuchar el fallo de La Haya.

Del otro lado del río, en Botnia, dejaron en claro que la empresa “siempre estuvo dispuesta a sentarse a una mesa de diálogo”, si eso ayuda a ambos países a encontrar una solución al conflicto. De hecho, fuentes de la pastera finlandesa ratificaron que a fines de 2006 autoridades de Botnia se reunieron con el “facilitador” español Juan Antonio Yáñez Barnuevo, designado por la corona española para mediar entre Argentina y Uruguay. Mientras tanto, la empresa está terminando la etapa de construcción y ya está colocando las máquinas y calibrándolas, como paso previo a la prueba de funcionamiento que comenzará entre marzo y abril próximo.

“Es obvio que ya nadie habla de relocalización, ni el gobierno argentino ni el uruguayo ni la propia empresa. Ahora se habla de soluciones”, recalcaron fuentes cercanas a Botnia, que aseguraron que la empresa estaría dispuesta a desviar los desagües o construir una isla artificial en aguas del río Uruguay, frente a la costa de Fray Bentos, si esto “ayuda” a “llevar tranquilidad” a los pobladores de Gualeguaychú, “pero no porque se crea que va a contaminar”, aclararon.