Destino. Anteanoche, Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Carlos Zannini, Julio De Vido y Alberto Fernández salieron raudos con destino desconocido. Todavía no había empezado la cumbre del Mercosur, la noche en Río se anticipaba lluviosa. Los autos oficiales cruzaron Copacabana para llegar a Ipanema y dejar a allí a los visitantes. Discretos, se acomodaron en Satiricón, uno de los restaurantes top de la ciudad. Madonna y Michael Jackson suelen probar sus frutos de mar cuando están en la ciudad.

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Cena. “La cena en el Itamaraty tiene condimentos especiales”, cuchicheaban los brasileños. Los presidentes recibieron de Lula un regalo autóctono. Entre plato y plato apareció Zeca Pagodinho, máximo exponente del “samba pagode”, amigo de Lula que desenfrena las caderas con su ritmo tropical. Pero el clímax llegó luego con las bellas garotas de la scola Portela.

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Aplausos. Río de Janeiro está sitiada por militares y policías. La lucha contra los narcos y la protección de la cumbre de presidentes redoblaron la seguridad. Sin embargo, nada impedía que la gente se apiñara en las puertas del Copacabana Palace. Esperaban la llegada y salida de presidentes para ovacionarlos cual estrellas de rock. Alberto Fernández y José Pampuro también disfrutaron del fervor.

–¡No sabés cómo nos aplaudían! –comentó risueño el senador.

–No, Pepe, te confundiste. Aplaudían porque estaban buscando a un chico que se perdió en la playa –lo desilusionó Carlos Zannini.