El presidente de la Cámara Nacional de Casación Penal, Alfredo Bisordi, se presentará hoy ante el Consejo de la Magistratura para ejercer un descargo ante el organismo que lo investiga por posibles dilaciones en los juicios a represores de la última dictadura. Integrantes del Consejo de la Magistratura aclararon que la audiencia con Bisordi “no figura en el orden del día pero el juez pidió ser escuchado y tiene derecho a tener esa oportunidad. Si algún consejero se opone se resolverá el tema sobre tablas”. El diputado kirchnerista Carlos Kunkel envió ayer una carta al presidente del Consejo, Pablo Mosca, en la que planteó que el Reglamento de la Comisión de Acusación y Disciplina no contempla la posibilidad de conceder una “audiencia personal” a un juez denunciado para que explique los fundamentos por los que pretende el apartamiento de algunos consejeros. En realidad, Bisordi sólo pidió una audiencia para “ser escuchado”, pero públicamente anunció que en esa oportunidad presentará argumentos para respaldar la recusación a los consejeros kirchneristas. Bisordi y otros tres camaristas de Casación fueron denunciados por 61 querellantes de víctimas de la dictadura –familiares de desaparecidos y sobrevivientes de los centros clandestinos– por demorar las causas contra los represores de la última dictadura militar. Luego de esta presentación, el presidente Néstor Kirchner exhortó al Consejo a “proceder” contra los camaristas, lo que suscitó una polémica sobre la intromisión del poder ejecutivo en el poder judicial. La agrupación H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) convocó para el sábado próximo a un “escrache” a Bisordi, que fue separado de causas contra represores después de referirse a la sobreviviente de la ESMA Graciela Daleo como a una “delincuente terrorista”. Luego de su acusación en el Consejo, Bisordi aseguró que “este es el peor momento de la Justicia en los últimos cuarenta años” y que “ni siquiera en los procesos militares hubo tantos avances” contra los jueces. Por lo menos, señaló, durante la dictadura había “respeto por las decisiones de la Justicia”.