Momentos antes de que los ocho diputados rebeldes presentaran en sociedad el ARI-Autónomo, los dirigentes más leales a Elisa Carrió calificaron la movida como “funcional al oficialismo”. Lo hicieron a través de un comunicado firmado por la titular del partido, Elsa “Tata” Quiroz, y unos cincuenta dirigentes de distintos puntos del país. En las pocas líneas del texto, reclamaron gestos de grandeza y amplitud para “evitar divisiones estériles”. En voz baja, aseguran que la movida de los “autónomos” tiene una sola explicación: “Son minoría absoluta en el próximo congreso partidario”.

El sábado que viene, en la sede porteña del ARI, militantes de todo el país discutirán el rumbo de la fuerza. “La lógica dice que cualquier división tendría que surgir después del debate”, confía a este diario un dirigente cercano a Carrió. “Conociendo a los dirigentes del ARI de todo el país no tengo dudas de que el próximo sábado se ratificará mayoritariamente el rumbo del partido y la construcción de una expresión más amplia y democrática, como es la Coalición Cívica”, señaló Adrián Pérez, uno de los legisladores más cercanos a Carrió y futuro presidente de la bancada en la Cámara baja. Pérez negó que detrás de la ruptura de los autónomos estuviera el rechazo a su postulación como presidente del bloque. “Las decisiones siempre se tomaron democráticamente y las autoridades fueron votadas por todos los diputados. En esta ocasión sería igual”, dijo.

Pérez, ex secretario de Carrió antes de asumir como diputado, admitió que los disidentes tenían distinto tipo de discrepancias. Afirmó que algunos privilegiaban las cuestiones ideológicas, mientras que otros priorizan su oposición a la Coalición Cívica. Destacó que algunos siempre se habían opuesto al armado electoral que Carrió construyó para la última elección, mientras que otros lo hicieron recién ahora, luego de haber sido electos en las boletas de la Coalición. No hizo nombres, pero fue un tiro por elevación para el bonaerense Eduardo Macaluse.

En el entorno de Carrió no ahorran críticas para Macaluse. Con todas las letras dicen que pretendía continuar dirigiendo la bancada. De esta manera intentan explicar su ruptura. El oficialismo del ARI recuerda que las críticas de María América González no son nuevas y que por algo en la elección del 28 de octubre ella acompañó a Fernando “Pino” Solanas. También son duros con el bonaerense Carlos Raimundi. Precisamente ayer se conoció la decisión de la mesa directiva del ARI de Buenos Aires de separar a Raimundi del cargo de presidente provincial. El diputado provincial Walter Martello recordó que a principios de noviembre le habían solicitado a Raimundi que renunciara a su cargo y que no habían obtenido respuesta alguna. El diputado provincial adelantó que en febrero se realizarán elecciones internas para renovar autoridades. En la primera quincena de diciembre se oficializarán las listas para esos comicios, dijo.

Las autoridades nacionales del ARI se pronunciaron con un comunicado, en el que fueron cuidadosos y sugirieron más de lo que dijeron. Les enrostraron a sus pares retirarse de la bancada antes del congreso partidario, no mantener la unidad, “creerse dueño absoluto de la verdad, ignorar la militancia y bastardear la democracia interna”. Es lógico que los dirigentes históricos del ARI y hoy muy cercanos a Carrió se pronunciaran solamente por un comunicado escrito. Quiroz, Marcela Rodríguez y unos pocos dirigentes más compartieron con algunos de los rebeldes los tiempos más duros del ARI. Aquellos en los que eran clara minoría dentro de la bancada que apoyaba la Alianza y que había llevado a Fernando de la Rúa a la presidencia. Los tiempos han cambiado y ya no llama la atención que sea “La Piba”, Patricia Bullrich, quien defienda a Carrió. Nada quedó de los sushi y del entorno de De la Rúa, en el que Bullrich tuvo un lugar destacado. “Raimundi no entiende nada, se pone al mismo nivel que los Fernández”, dijo Bullrich al criticar al ex presidente del ARI bonaerense por haber dicho: “Está mal que Carrió trabaje en negro”. Raimundi hacía referencia a los aportes de dinero que Carrió recibe de varios diputados cercanos.