EL PAíS › EL KIRCHNERISMO NO LOGRO APROBAR DOS LEYES CLAVE

Sin emergencia en el Senado

 Por Eduardo Tagliaferro

“Convoquen a los senadores. Que vengan todos, la puta madre que los parió”, se escuchó protestar al jefe de la bancada oficialista, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, cuando percibió que no tenía los votos necesarios para darle al Gobierno dos herramientas imprescindibles: las prórrogas para las leyes de Emergencia Económica y del Cheque. El primer cachetazo que recibió el kirchnerismo fue el rechazo a la Emergencia Económica: precisaba el apoyo de los dos tercios de los presentes y le faltaron dos votos. Poco antes, el pampeano Rubén Marín y el santafesino Carlos Reutemann habían dejado el recinto. Minutos después, una reacción rápida de Pichetto evitó un segundo cachetazo: la negativa a la prórroga del impuesto al Cheque, una iniciativa que le aporta al Gobierno más de 14 mil millones de pesos al año. Luego de contar sus fuerzas y advertir que le faltaban diez votos, el rionegrino pidió postergar la votación. “Qué fin de año para Pichetto”, dijo desde su banca y sin reprimir una sonrisa el socialista Rubén Giustiniani. Fue una inesperada derrota del oficialismo en una Cámara en la que tiene amplia mayoría. “Por fin mi pollo cazó una gallina”, dijo, en los pasillos de la Cámara y con evidente alegría, un destacado legislador de la oposición.

Nacida en 2002, la Emergencia Económica va por su quinto año. Aunque el kirchnerismo la prorrogó en cuatro ocasiones, en ninguna de ellas la futura presidenta le entregó su voto. En tiempos de Duhalde votó en contra y en el gobierno de Néstor Kirchner supo abandonar el recinto cuando llegaba la hora de votar. Para explicar el apuro del oficialismo, algunos analistas subrayaban que Fernández de Kirchner no quería que la Emergencia se votara bajo su mandato. Una formalidad, ya que el actual oficialismo también es el suyo.

Fue el apuro el que llevó al kirchnerismo a una encerrona. El Gobierno envió la prórroga a la Emergencia al Senado. La propuesta tenía dictamen favorable y había aceptación para que fuera votada ayer. Claro que en ese caso los diputados tendrían que esperar para sesionar hoy. Para apurar las cosas, el titular de Diputados, Alberto Balestrini, y el jefe del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, copiaron el proyecto del Gobierno y lo presentaron en la Cámara baja. Fue ésta la iniciativa que aprobaron el martes los diputados y la que tenían que considerar los senadores. El oficialismo necesitaba los dos tercios y no la mayoría simple, como hubiera correspondido en caso de votarse la norma remitida por el Ejecutivo. “Me dijo que a él le iba a costar mucho armar las comisiones y juntar el quórum para la sesión”, dijo Pichetto a este diario al explicar por qué Rossi había copiado el proyecto del Gobierno, causando luego la postergación del tema.

El pampeano Rubén Marín negó a Página/12 que su ausencia tuviera que ver con el rechazo a la iniciativa. Afirmó que tenía una audiencia en la Corte Suprema y hasta reivindicó la Emergencia como herramienta. Reutemann había sido uno de los primeros en llegar y nadie pudo explicar por qué se ausentó. “No estaban porque no estaban”, dijo Pichetto. El rionegrino descartó cualquier teoría conspirativa detrás de la derrota del oficialismo: 28 senadores habían votado a favor del tratamiento de la norma y 17 lo hicieron en contra. Curiosamente, el Gobierno había logrado el apoyo de Carlos Menem. Pero no pudo compensar las ausencias.

Algunos legisladores que finalizan su mandato no estaban en el recinto, ni cerca, como el neuquino Sergio Gallia. El cordobés Roberto Urquía, la porteña María Laura Leguizamón, la salteña Sonia Escudero, el catamarqueño Ramón Saadi, la jujeña Liliana Fellner y el misionero Maurice Closs fueron otros oficialistas que llegaron tarde o pegaron el faltazo. La mayoría tampoco pudo contar con el salteño Marcelo López Arias ni con la porteña Vilma Ibarra. Los dos estaban participando en Diputados de la sesión preparatoria.

El primer revés fue tan impensado como repentino. Las ausencias también fueron las que llevaron al segundo. Para aprobar la prórroga a la ley del Cheque el oficialismo necesitaba una mayoría calificada de 37 votos. En ese momento contaba con 27. Haber forzado la votación hubiera llevado a que la norma se cayera y tuviera que volverse a discutir en Diputados en un nuevo período parlamentario. El martes habrá una nueva composición del Senado y el oficialismo tendrá mayor margen: estará a un voto de los dos tercios. Ayer, la única buena noticia para el oficialismo del Senado fue la aprobación de la nueva Ley de Ministerios.

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