–El Gobierno firmó un importante tratado internacional sobre consumo de tabaco y se comprometió a adaptar la legislación interna. El Ejecutivo envió el proyecto al Congreso. La norma está frenada, por oposición de las provincias tabacaleras, buena parte de las cuales tienen mayoritariamente representantes del Frente para la Victoria. ¿Tienen pensado insistir?

–Le digo una cosa: eso no es un problema de un partido, es un problema de las provincias tabacaleras. Creo que los representantes no actúan por cuestiones partidarias, sino en defensa de lo que entienden los intereses de su provincia, o de los productores de su provincia.

–Exactamente, el FPV (entre otros partidos) no se apartó de la bandera tabacalera, que en este caso prima sobre los compromisos de la Nación o sobre la salud de los ciudadanos.

–Creo que hay que impulsar una ley, había bastante acuerdo para hacerlo, se ha trabajado mucho en el Senado para lograr el consenso. El proyecto de ley está vigente en el Congreso, no perdió estado parlamentario.

–¿Piensan que va a salir?

–Debe salir, porque es un compromiso que tomó el país y me parece que va dentro de las estrategias lógicas. Lo que pasa es que esa ley tiene un aspecto de salud, que estaba acordado. Además hay un aspecto impositivo, más económico, que no depende de este Ministerio y que es lo que estaban analizando los legisladores.