El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, marcó sus diferencias con la política del gobierno porteño y afirmó que para la Casa Rosada,“las cosas se arreglan con persuasión y no a los palos”.

“Gobernar es el arte de incluir, no de excluir. Y el arte de incluir tiene poco que ver con el pegar palos al que piensa distinto o actúa diferente”, señaló Fernández, aunque también aclaró que considera que los piqueteros deberían “corregir su modo de protesta”. Fernández vinculó la posición del gobierno de Mauricio Macri en materia de control de la protesta social con la “discusión eterna que existe con algunos sectores que piensan que las cosas se arreglan con palos. Nosotros preferimos la persuasión y garantizar la seguridad de la gente con un cordón policial a quienes manifiestan, para que no se convierta en un problema para los demás”, detalló.

El funcionario nacional puntualizó que la policía controla sin armas el desarrollo de las movilizaciones e insistió en que el traspaso de la fuerza a la ciudad con el presupuesto necesita del acuerdo de las otras provincias: “La gente del interior no está convencida de que mil millones de pesos vayan a pagar la seguridad de la ciudad con mejor situación del país”.

Por su parte, el ministro de Seguridad y Justicia porteño, Guillermo Montenegro, suavizó su postura y aseguró que la Justicia Contravencional “sólo actuará si se produce el corte definitivo de alguna calle”.

“La idea no es que los piqueteros pidan permiso para realizar marchas, sino avisar los recorridos para que el gobierno de la ciudad pueda organizarse y garantizar la libre circulación a los ciudadanos”, dijo Montenegro. El ministro añadió “la idea no es perseguir a nadie”, sino “que se deje caminar a la gente por la calle y que haga su protesta ordenadamente”.