Lunes, 2 de octubre de 2006 | Hoy
Por Fernando Cibeira
A mediados del año pasado, envuelto en el torbellino de denuncias de corrupción y pagos de mensalao que les costaron el puesto a sus dos principales ministros, nadie apostaba un real por el futuro político de Luiz Inácio Lula da Silva. Pero el brasileño pasó el sofocón y pudo recomponerse hasta redondear ayer un convincente triunfo electoral, que le abre las puertas a su reelección. Para encontrarle alguna respuesta a lo que sucedió en el medio de una y otra realidad, acaba de aparecer “Lula. La izquierda al diván”, del periodista y politólogo Ceferino Reato.
Pese a la cercanía geográfica, no es fácil entender desde la Argentina la realidad política brasileña. Sin partidos fuertes y de una tradición definida, los asuntos públicos del coloso sudamericano son manejados por una elite dirigente en la que tallan fuerte los caudillos provinciales y los poderosos caciques industriales, de la que Lula apareció como un elemento atípico, un sindicalista metalúrgico nacido en el empobrecido nordeste.
El libro arranca con un entretenido racconto del escándalo de pagos ilegales que sacudió la realidad brasileña el año pasado. Leído todo junto, incluyendo chistes y derivaciones absurdas, el caso hace aparecer a nuestros sobornos en el Senado como un entretenimiento de escolares. Una de las diferencias entre la sociedad argentina y la brasileña es –al decir del autor que trabajó como periodista en San Pablo– el poco interés del común de los brasileños en los asuntos del poder. Pero en este caso, el de las mensualidades que cobraban los diputados de otros partidos para propiciar una mayoría oficialista, caló hondo, sobre todo porque Lula y su Partido de los Trabajadores (PT) habían hecho de la ética una bandera. Lula jugó a desentenderse del caso, incluso mostrarse como víctima de algunos traidores, y la gente, en buena medida, creyó en él.
El trabajo se ocupa de las directrices fundamentales del gobierno de Lula, principalmente la decisión de mantenerse apegado a la ortodoxia económica y la puesta en marcha de un vasto plan social, lo que le valió la adhesión de los sectores altos y de los más pobres, que en Brasil significan muchos millones de personas.
“La izquierda al diván” del subtítulo se refiere justamente al debate generado alrededor de las alternativas progresistas que han llegado al poder en América del Sur para poder llevar a cabo las ambiciosas promesas realizadas durante las campañas electorales. En ese sentido, el libro ubica a Lula en el lote de los moderados del continente, junto al uruguayo Tabaré Vázquez y a los chilenos Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Reato, que trabajó en la sección Política de Clarín, fue corresponsal en Brasil de la agencia ANSA y actualmente es editor de Internacionales en Perfil, le agrega interés al libro al comparar las situaciones que describe con la realidad argentina. Además, el último capítulo está dedicado a la complicada relación entre Lula y Néstor Kirchner. Allí se explica por qué se pasó del amor inicial a la conflictividad posterior hasta derivar a la buena sintonía de hoy en día.
El libro tiene prólogo de Pacho O’Donnell y una primera página de agradecimientos que pueden sorprender a los lectores de Página/12: por allí desfilan el analista y especialista en temas militares Rosendo Fraga, los ideólogos del menemismo en política exterior, Jorge Castro y Jorge Raventos, y hasta el ex intendente porteño Carlos Grosso. Si se supera la impresión, se podrá acceder a una muy buena aproximación sobre la actualidad política brasileña, la atractiva personalidad de su líder y la estratégica relación con nuestro país.
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