ESPECTáCULOS
“Brecht propone problemas a resolver, no panfletos”
El director Raúl Serrano está presentando “La madre”, una pieza sobre textos del alemán y Maxim Gorki, pensada como homenaje a las Madres de Plaza de Mayo.
Por Hilda Cabrera
“Bertolt Brecht no es consignista. Lo que baja no son panfletos sino problemas a resolver”, dice el director teatral Raúl Serrano, quien, impulsado por el deseo de estrenar una pieza teatral que homenajeara los 25 años de lucha de las Madres de Plaza de Mayo, elaboró un montaje que tituló La madre, inspirado en la pieza de igual nombre de Brecht y el compositor alemán Hanns Eisler, basada a su vez en la novela homónima de 1905 del autor ruso Maxim Gorki (1868-1936), también dramaturgo y autor de poemas en prosa de corte revolucionario. En esta pieza, que conduce junto a Carlos Branca, Serrano se desprendió de los elementos característicos de las llamadas piezas didácticas y de las alusiones a algunos acontecimientos de época: “Me centré en la evolución ideológica y emocional de la madre –puntualiza–, que en un principio se opone a que el hijo participe en la lucha política, pero después, poco a poco, y de modo muy personal, va tomando el lugar que aquél ya no ocupa. Esta es una obra muy criticada. Se la tildó de panfletaria, y es cierto que tiene alguna bajada de línea, como en la canción final, pero sobre esto siempre me pregunté por qué a un discurso de raíz marxista se lo califica enseguida de manera tan despectiva, y nunca a nadie se le ocurre decir algo semejante de las continuas bajadas de línea de las ideologías de la derecha”.
Este nuevo montaje sobre un tema siempre vigente, el de las mujeres combativas contra regímenes opresivos, puede verse todos los sábados a las 21 en el Teatro del Artefacto (Sarandí 760), espacio creado por Serrano, y en el cual instaló su taller. El elenco es numeroso y la puesta lleva canciones y arreglos musicales de Nicolás Bernazzani (también músico en escena) y Cecilia Ruiz Posse. La obra original de Brecht, recreación en parte de una traslación escénica de G. Stark y G. Weisenborn, sitúa la acción en la Rusia prerrevolucionaria (entre 1905 y 1917). La pieza gira en torno de Pelagueueia Vlassova y su hijo Pável, obrero metalúrgico y militante revolucionario. Vlassova es la madre que intenta disuadir al hijo de participar en la lucha, a la que luego ella se suma interviniendo en mitines y colaborando en el funcionamiento de una imprenta clandestina. La historia cuenta que el hijo es arrestado y trasladado a Siberia, donde muere fusilado, y que Pelagueueia, aunque hostigada, no dejará de participar de marchas y reuniones pacifistas. Escrita entre 1930 y 1931, la obra de Brecht fue representada por vez primera en la Komödienhaus de Berlín, en 1932, con Helene Weigel en el papel de Vlassova. En aquel estreno se recordó a la revolucionaria marxista polaca Rosa Luxemburgo (1870-1919), asesinada en Berlín.
“Cuando retomé esta obra opté por una puesta distante –apunta Serrano-, y ahí me di cuenta de que se estaba enfriando demasiado. Se parecía a algo recién sacado de la heladera. Decidí entonces trabajar sobre las emociones, pero tratando de no entorpecer el sentido crítico del texto. Antes de mostrar esta versión, temía que el público más joven no la entendiera. Y me equivoqué. Esta aceptación me afirma todavía más en lo que hoy pretendo hacer en el teatro, que es dialogar con la realidad”, resume el director, también docente en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo. Serrano cree que en este momento su labor teatral es, “antes que expresión de la propia subjetividad, producto de la necesidad de establecer una comunicación dialéctica entre artista y público”. Entiende que ese ida y vuelta permite encauzar de modo eficaz las contradicciones de la época: “Lo urgente –opina– es generar actividad en todos los niveles y lograr un acuerdo entre las cúpulas más progresistas, porque los que estamos en las bases podemos hacerlo. Sabemos cuáles son los puntos básicos. Los que estropean todo –sostiene– son los que están arriba. Es lamentable, pero es así: son gente mezquina, cuidando siempre su quintita”. De ahí la propuesta de Serrano: “Presionar y revocarmandatos”, dice. “La tarea histórica es hoy volver a juntar socialismo y democracia, porque el socialismo sigue siendo una herramienta necesaria. Pero hay que vigilar que no sea un pícaro el que lo intente.”