SOCIEDAD
La familia de Ezequiel pedirá la prisión perpetua de los policías
“No te preocupes, total no lo vas a ver más.” Con esa frase, un policía obligó a bajarse del patrullero a la chica que iba con Demonty antes de que lo golpearan y tiraran al Riachuelo.
Por Carlos Rodríguez
–Yo vine con él y me quiero quedar con él –les dijo a los policías que iban en el primero de los patrulleros la chica que declaró como testigo de identidad reservada en la causa por la muerte de Ezequiel Demonty.
–No te preocupes, total no lo vas a ver más –fue la contundente respuesta de uno de los policías que iba en el móvil de la Comisaría 34ª y que obligó a la chica a descender del patrullero en la avenida Sáenz, a pocas cuadras del Riachuelo en cuyas aguas murió ahogado Ezequiel.
La frase del policía, por su contundencia, será usada por el abogado de la familia, José María Vera, para pedir que la causa sea caratulada como “homicidio calificado con premeditación y alevosía”, tomando en cuenta que “desde el momento en que Ezequiel fue subido al patrullero, ya se sabía cuál iba a ser el destino del joven”, que murió por asfixia por inmersión luego de haber sido obligado por la policía a arrojarse a las aguas del Riachuelo en la madrugada del sábado 14. De imponerse el criterio, los policías acusados podrían ser condenados a la pena de prisión perpetua.
El tema fue el eje de una conferencia de prensa que, con participación de los familiares y la novia de Ezequiel, Jessica Martín, se realizó en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, con la presencia del defensor adjunto Gustavo Lesbegueris, y de la maestra de Ezequiel y coordinadora del Plan de Prevención del Delito de la zona del Bajo Flores, Luz Martínez.
La mamá de la víctima, Dolores Ingamba, reiteró que por sus creencias religiosas “perdonó” a los policías. Sin apartarse de eso, dijo que iba a impulsar la causa para que “la justicia de los hombres sea justa” y castigue a los policías involucrados “para que esto no pase más con ningún chico”. El lunes se presentarán en la causa como “particulares damnificados” para actuar como querellantes y promover la acción penal.
La mujer, quien citó el pecado pero no el pecador, estaba molesta por el tratamiento que le dieron en un programa televisivo donde intentaron ridiculizarla por sus ideas religiosas. Luego de entrevistarla, cuando ella ya no estaba en el estudio, los conductores se tomaron de la mano y se “encomendaron al Señor”. El bochorno ocurrió durante el programa que conduce Mauro Viale. Los padres estaban acompañados por dos pastores de la Iglesia Evangélica, Pedro y Daniel, que se comprometieron a mantener “este tema en alto para que no se pierda, porque están tratando de diezmar a la generación que viene detrás nuestro”.
El abogado de la familia, José María Vera, elogió el trabajo de la jueza María Bértola y el del fiscal Marcelo Romá, y sostuvo que el caso “está muy avanzado”. Aclaró que, por ahora, los 12 policía involucrados siguen vinculados a la causa, aunque habría nueve que serían los principales responsables. Tanto Vera como Lesbegueris interpretaron que la declaración de la testigo de identidad reservada es “clave” para la acusación.
Según Vera, hoy la causa está planteada como “homicidio simple”, pero pretenden que se la recalifique como “homicidio calificado con premeditación y alevosía”. En su declaración judicial, la testigo de identidad reservada relató que ella también fue víctima de los golpes que los policías aplicaron a los cuatro jóvenes detenidos en la esquina de La Constancia y avenida Cruz, en el Barrio Illia.
A ella, y a Ezequiel, los subieron en un patrullero, en el cual iban dos de los policías. Ese móvil encabezaba a los tres autos –o cuatro, todavía hay dudas al respecto– que fueron hasta el Riachuelo. La joven, que tiene 17 años, se había sentado al lado de Ezequiel para apoyarlo “porque estaba muy asustado” y le había rogado: “No te vayas, quedate al lado mío”. Para lograr que la subieran, la chica mintió diciendo que era la mujer de Ezequiel y que estaba esperando un hijo de él.
“Yo vine con él y me quiero quedar con él”, le dijo al policía que quería hacerla bajar. “No te preocupes, total no lo vas a ver más”, fue la respuesta que recibió del uniformado, quien la obligó a descender del auto cuando llegaron “a una avenida” que ella cree que era Sáenz, que desemboca en el Riachuelo. La chica está en condiciones de reconocer a los dos policías, aunque es posible que ya no sea necesario que intervenga en un reconocimiento en rueda de personas. “La causa está muy avanzada”, insistió Vera. Lesbegueris dijo que la Defensoría seguirá acompañando a la familia para “terminar con estos métodos atroces, perversos y aberrantes”. Anticipó que instalarán una oficina de denuncias en el Bajo Flores porque “son numerosas las denuncias sobre abusos policiales” en esa zona de la ciudad. La tarea se realizará a partir del próximo sábado, una vez por semana, durante todo el mes de octubre.