ESPECTáCULOS › DOBLES DE RIESGO ARGENTINOS
Jugando con fuego
Detrás de varios de los programas de éxito de la televisión desde “Poliladron” hasta “Los simuladores”, hay una empresa de efectos especiales que se toma la ficción en serio. “La seguridad es lo primero”, aclaran.
Por Mariano Blejman
Al auto –como en todo buen thriller– lo persigue un grupo de policías que quieren capturar al prófugo a toda costa. Dobla en una esquina, apurado, engancha el cordón de la vereda, da tres giros en el aire y cae dado vuelta en la calle, ante la mirada atónita de los que pasan por allí. No hay porqué preocuparse, sin embargo: cada momento de la “toma”, cada fotograma ha sido calculado milimétricamente, con seguridad, por una empresa de dobles de riesgo llamada FX Stunt Team, la más grande de América latina, con sede en la Argentina. Son quienes trabajan de “dobles de riesgo”, hacen efectos especiales o lo que sea necesario para que la escena de cine o televisión que se verá luego en la pantalla luzca tan violenta, creíble y “espontánea” como lo pedía el guión.
Vienen trabajando fuerte –aunque no silenciosamente, claro– en eso de explotar bombas, volcar coches, volar helicópteros, hacer llover, nevar, inventar huracanes, entre otros menesteres poco habituales para la mayoría de los mortales. FX Stunt Team es una empresa que se toma riesgos por otros. “Cuando viene algún loquito a pedirnos trabajo, y dice que es capaz de cualquier cosa, le decimos que no”, cuenta Federico Cueva, dueño junto a Marcelo Firmano de la empresa que ha trabajado con prácticamente todos los canales y ciclos en los últimos diez años en la televisión argentina.
Todo empezó con “Poliladron”, el primer programa de Pol-ka, cuando Adrián Suar todavía era un incipiente productor. Crecieron haciéndoles el soporte a producciones como “099 Central”, y luego se expandieron como pulpo con las presentaciones de “Caiga Quien Caiga”, “Los simuladores” (que ahora están relanzando en su segunda temporada), “Soy gitano”, “Tiempo final”, La película del Che de Walter Salles, la española Torrente 2, hasta las animaciones del Parque de la Costa, por sólo dar unos ejemplos de una larguísima lista de trabajos. La precisión de los balazos de FX Stunt Team llegó tan alto que fueron, además, elegidos por el programa de la megacompetición –a ver quién resiste más pruebas extremas– llamado “Fear Factor”, de la ABC, cadena norteamericana que increíblemente realiza aquí el programa aunque no se ve en el país. “Nadie pensaba y nadie cree aún ahora que ese programa lo hacemos nosotros”, se entusiasma Cueva.
Lejos de una aventura alocada, hacer doblajes de riesgo está más cercano a una ciencia que a una travesura. “Para hacer esto hay que saber de física, química, hidráulica, mecánica, neumática, pirotecnia, armas, cine, televisión, cámaras, electrónica, helicópteros, en fin, hay que estar en el tema”, dice Cueva. ¿Cómo se planifica un choque? ¿Cuánto tarda en armarse una acción que dura dos segundos, dos minutos, a lo sumo cinco? ¿Qué hay que tener en cuenta para que un estallido parezca real, pero aquellos que lo hagan salgan sanos, salvos, ilesos, fresquitos y campantes? Ese es el trabajo de Cueva, que se dedicó al rubro del riesgo profesional después de haber hecho deportes justamente de riesgo: escalada, paracaidismo, gimnasia, buceo, entre otras cosas, desde los 19 años. Ahora tiene 34. El gran salto, sin embargo, lo dio a través del teatro: tenía una prima que necesitaba unas acrobacias para una obra y desde entonces, su empresa subió en caída libre.
La devaluación le hizo trabajar más para afuera, lo que le compensa los altos costos de realización en el país. Sin embargo, el tiempo de la empresa ha pasado vertiginosamente –como en la tele– y según FX Stunt Team se calcula que en el mundo 450 personas se dedican al rubro de lo extremo en formato audiovisual, de las cuales 37 pertenecen a la empresa argentina, que se ha ido colando paulatinamente en el mercado internacional.
“Hemos ganado experiencia, nos equipamos bien y tenemos en cuenta una planificación minuciosa a la hora de llevar a cabo cualquier escena”, cuenta Cueva. La empresa tiene camiones, helicópteros, motos y talleres donde se preparan durante semanas los móviles que van a ser “destruidos”,“explotados”, o lo que el director del audiovisual desee. Para los giros en el aire, por ejemplo, se arma una estructura “antivuelcos” con fierros cruzados y cinturones especiales que permiten que el auto permanezca en absoluto control a pesar del aparente caos. “No nos podemos confiar de nada. Todo está planificado”, cuenta Cueva.
“En este rubro también hay muchos chantas dando vueltas... en el aire”, se ríe Cueva. En todo, el concepto es el siguiente: tiene que ser visualmente eficaz y, sobre todo, seguro para quien realiza la prueba. “Porque si al tipo lo matás, sirve menos”, afirma. El equipo material y humano es lo más valioso que tiene FX Stunt Team. “Pero el crecimiento de la mano de Pol-ka se debió también a que Suar sabe escuchar a los otros”, dice Cueva. Cuando un “doble de riesgo” se acerca a la empresa se analiza su estado físico, se evalúa el tipo de persona, el grado de ubicación en el mundo. “Si no tenés cerebro no vas”, insiste.
El entrenamiento de los dobles también es curioso. “Implica un poco de todo, porque esto es como el Ejército, si dejaste de servir para la guerra te dejan afuera. Siempre hay que estar bien físicamente”. Para Cueva, la gente sigue pensando que se hacen efectos y doblajes como hacían en la época de “Titanes en el Ring”, donde no tenían idea y se largaban. Ahora se profesionalizó tanto el rubro que ya no queda nada librado al azar y le quita el glamour que supo tener la profesión. “Pero ese bichito que pica en el estómago antes de cada salto, esa adrenalina, sigue siempre”, confiesa. Sin embargo, cada vez menos, Cueva salta en paracaídas como solía hacerlo cuando era un adolescente y tenía tiempo libre. Será que ahora –en medio del caos– al fin puso los pies sobre la Tierra.