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Lo que sobra es talento
Por David Blaustein *
La nominación de El hijo de la novia como candidata a mejor película extranjera no hace más que confirmar el excelente momento por el que pasa nuestra cinematografía desde el punto de vista creativo y del talento de sus directores.
Muchas veces, cuando asistimos a eventos internacionales, la crítica especializada nos pregunta por la crisis del cine argentino. Que el Estado no cumpla con sus obligaciones y escamotee los genuinos dineros con que se financia nuestra industria es otra cosa. Hay una persistente crisis económica, no de talentos.
Los recientes triunfos de Eduardo Mignogna en el Goya español, de Lucrecia Martel antes y de Sandra Gugliotta ahora en Berlín, de Lisandro Alonso con La libertad, de Adrián Caetano con Bolivia, por citar sólo algunos, marcan diversidades temáticas y generacionales, pero una vitalidad excepcional de nuestros cineastas.
La gestión de los productores que garantizaron por los menos un presupuesto igual y no inferior al del año pasado, y la pasión con que las autoridades de Mar del Plata y Buenos Aires defienden la permanencia de sus respectivos festivales muestran la vitalidad de un sector que no está dispuesto a retroceder en espacios que el público agradece y reconoce con su asistencia a ver películas argentinas.
La gestión de José Miguel Onaindia y nuestro recordado Roberto Miller, entre tantos logros, repuso a nuestro cine en las marquesinas de los festivales internacionales y en la apreciación de la crítica.
Faltaría agregar una agresiva presencia en los mercados más importantes (Cannes, Berlín, Los Angeles y Milán) en articulación con las otras cinematografías latinoamericanas, experiencia que ya se realizara con las gestiones de Manuel Antín y Octavio Getino.
Si a ello sumáramos un tratamiento más igualitario en el lanzamiento de los films argentinos, condiciones más claras para la exhibición de los mismos y compra de derechos de antena de nuestro canal público, estaríamos hablando de reglas más favorables.
La presencia de un cineasta en la nueva gestión del Incaa genera expectativas, donde se pedirá la ratificación de los aciertos y la complementación de lo que falta andar.
Que los grandes triunfos no vuelvan a ser pobres triunfos pasajeros.
* Cineasta. Realizador de Cazadores de utopías y Botín de guerra. Director del Museo del Cine.