Sábado, 12 de abril de 2014 | Hoy
ESPECTáCULOS › COMENTARIOS Y REFLEXIONES DE ALFREDO ALCON EN ENTREVISTAS CON PáGINA/12
Lúcido y sensible, el actor tenía una mirada clara sobre la vida cultural. Decía que una de las funciones del arte podía ser “ayudarse y ayudar a los otros a saber mirar”. Y señalaba que “los que no cambian es porque tienen pocas ideas”.
Aquí se ofrecen algunos extractos de las entrevistas realizadas a Alfredo Alcón en Página/12:
- “Me gustan los ensayos. Ahí aparece la estructura, una especie de caminito que se traza, donde se basa el actor para hacer sus variaciones. Porque en las funciones el actor sigue cambiando, buscando, como en ensayos, porque acaba de aparecer el público, el elemento fundamental, para quien uno estuvo preparando la obra durante meses. Los espectadores hacen también la función. A veces se ríen donde uno no lo espera o donde cree que van a reaccionar con risas se produce un terrible silencio. Cada público es diferente en cada noche: uno está allí, iluminado, y los espectadores en la penumbra... Hay algo de interrogatorio policial en todo eso. En cambio, en el cine la mirada del público la dirige la cámara. Para mí, el teatro sigue existiendo porque le da al público la libertad de mirar adonde quiera: es quien elige y hace su propio montaje.”
- “Un día puede pasar que te aburras de representar una misma obra semana a semana, pero del mismo modo como uno puede aburrirse de la persona que más ama. Me decía Cunill Cabanellas, uno de mis maestros, que la función comienza en el camarín: lo que pasa allí entre los actores se verá luego en el escenario. Un día, tal vez, uno no tiene ganas de hacer la función y de pronto, por contagio del compañero, o a partir del entusiasmo del público, la función sale, tal vez, mejor que cuando se viene al teatro con todas las ganas.”
- “No me gusta trabajar con un director que suponga que uno debe acceder a su sabiduría, sino con alguien inteligente que está convencido de que podrá crear con el grupo que convocó, en conjunto. Y que sabe cambiar de ideas porque escucha a los demás. Los que no cambian es porque tienen pocas ideas y no mucha imaginación.”
- “A mí me gustan los actores que no son naturales, como la Xirgu o María Casares, Ana Magnani o Greta Garbo, que gustan mucho o nada de nada. En cambio, los actores naturales les gustan a todos. Para natural, yo la tengo a mi vecina (risas). Ahora, el actor no tiene que hacerse el raro o el misterioso, tiene que ser como es él (...)”
- “Yo jugaba al teatro antes de conocerlo, antes de haber ido. Esto era en la casa de mis abuelos, en Ciudadela, a una cuadra de Liniers (así que yo soy provinciano por esa sola cuadra). A la hora de la siesta me disfrazaba –me gustaba cuando había alguna cortina que hubiera para lavar– y preparaba una especie de ceremonia. Y si había alguna abeja muerta –y esto sería un festín para un psicoanalista– la ponía sobre una cajita y hacía un rito. Todo esto, cuando pensaba que estaba solo. Porque me sacaba todo de encima si me parecía que alguien se acercaba. No me gustaba que me mirasen. No como ahora, que me muero si nadie viene a verme... (risas).”
- “Yo no tengo prejuicios con la televisión. Hay espectáculos buenos, regulares y malos. Creo que los espectáculos horrorosos no son exclusividad de la TV: también hay obras desastrosas en teatro y en el cine. Esto de reservar para el teatro todo lo maravilloso es una mentira absoluta. Uno ve programas de televisión, tanto de aquí como de afuera, que tienen un cuidado estético, narrativo y visual que demuestran hasta qué punto en la TV se pueden hacer cosas muy hermosas. Sólo es cuestión de proponérselo.”
- “Todos tenemos cosas en nuestro interior de las que mucha gente pensará que tendremos que curarnos. Claro que cada cual defiende su locura... Pero eso es lo que somos: el ser humano es lo que es de acuerdo a sus miserias y a sus virtudes, a sus creaciones y a sus deformaciones imaginarias. Alguien que se refugia en su utopía me parece loable en medio de este mundo sin sueños. El tipo que defiende lo que es, su propia esencia por sobre lo razonablemente correcto, me llena de ternura y de simpatía. Porque lo más conveniente es ser lo más parecido al resto de los mortales. Nada más antinatural: todos somos diferentes y únicos. El respeto por ciertas zonas que los demás pueden considerar locura, y a lo mejor es lo mejor que uno tiene, es necesario para tener mejor vida.”
- “En el teatro, las palabras son también un equivalente de la música. A mí me gusta que las actuaciones y la dirección se parezcan a un pentagrama, que tengan respiración y sonidos.”
- “Soy obsesivo en todo lo que hago, y siempre estoy aprendiendo. Cuando uno es joven y empieza a actuar sale al galope; después se da cuenta de que no es sólo viento y caballo y que la experiencia sirve de poco. Si uno, ya mayor, se apoya en la experiencia, deja de estar vivo. Por eso es bueno trabajar con gente que todavía no la ha adquirido. Esa interacción desmorona cualquier intento estúpido de construirse un edificio.”
- “Vivimos como desencajados de nosotros mismos, sentimos hasta cierta extrañeza respecto de lo que somos o creemos ser. Quizá los que estamos cerca del arte o hacemos una tarea vinculada con el pensamiento tenemos más oportunidades de no quedar en la intemperie. Me gusta recordar algo que escribió Eduardo Galeano sobre la función del arte. Cuenta que un chico que no conocía el mar pide a su padre que lo lleve. Cuando lo descubre se maravilla ante esa fuerza de las olas, ante los colores que produce el agua en movimiento, ante tantos sonidos, y le pide al padre que lo ayude a mirar. Esa podría ser una función del arte: ayudarse y ayudar a los otros a saber mirar, a comprender que las cosas que están a nuestro alrededor guardan un misterio que hace bien descubrir. Yo quisiera que nuestro trabajo como actores cumpla esa función.”
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.