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Finalmente, la flamante Academia del Cine constituida hace apenas dos meses dio su veredicto: El abrazo partido, de Daniel Burman, fue una agradable sorpresa al convertirse en la película argentina que competirá por la precandidatura al Oscar. También fue elegida Luna de Avellaneda, de Juan José Campanella, para representar al país en los premios Goya, de España. Se eligieron entre las 58 películas estrenadas entre octubre de 2003 y fin de septiembre de 2004. El conteo de los 109 votos recibidos sobre 205 asociados se hizo frente a todas las cámaras y medios del país que asistieron ayer a la sede de la Enerc, la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, dependiente del Instituto Nacional de Cine. Todo sucedió ante un escribano público, que contó los votos depositados en una urna. En el caso de los votos por el Oscar, El abrazo... ganó con 30 votos, en segundo lugar quedó Luna de Avellaneda con 26, y La niña santa obtuvo 17 votos. Mientras que en la votación para el Goya, después de Luna... con 22, quedó El abrazo... con 18 votos, y La niña... también con 17 votos. Además fueron votados, aunque en menor medida, El perro de Carlos Sorín, Familia rodante de Pablo Trapero, La puta y la ballena de Luis Puenzo y El polaquito de Juan Carlos Desanzo, entre otros argentinos.
La película de Campanella ingresa directamente a la competencia del Goya por el premio a la mejor película de habla hispana producida fuera de España, pero en el caso del film de Burman recién el 25 de enero del 2005 se sabrá si integra el selecto grupo de cinco películas que un mes después competirán por el Oscar de la Academia de Holly- wood al mejor film extranjero.
Se trató, de hecho, de una temporada muy competitiva, donde la mayoría de los directores consagrados pudieron estrenar sus películas. Y la elección del film de Burman –que en febrero pasado se llevó el Oso de Plata del Festival de Berlín y ya fue estrenada en las principales capitales de Europa– fue una sorpresa, ya que no tiene el respaldo de ningún multimedio ni de ninguna de las grandes e históricas productoras argentinas, como supo suceder anteriormente, por ejemplo con la escandalosa elección de Manuelita, unos años atrás. En improvisada conferencia de prensa, Daniel Burman habló ayer, mientras a su lado asentía sonriente Adriana Aizemberg, una de las actrices protagónicas de la película que intentará un lugar en el Oscar. “Es importante haber sido elegido como fruto de la primera votación democrática en años, ya que antes se hacían a dedo”, declaró Burman.
Es la primera vez que la votación no se realiza por convocatoria del Incaa, que hasta 2003 organizaba un comité de selección donde cada rama o asociación de la industria del cine tenía un voto, lo que se podía prestar a intereses corporativos. Por eso, la flamante Academia presidida por Norma Aleandro (ganadora del Oscar con La historia oficial de Luis Puenzo en 1985) manifestó su alegría por la democratización de la votación. “Este es un día histórico”, dijo Aleandro a Página/12, en el microcine de la Enerc, donde también estaban presentes Mirtha Busnelli, una renovada Cecilia Roth, el director Carlos Galletini, la directora de arte Mercedes Alfonsín, el empresario Pablo Bossi, la actriz Ana María Picchio, Eduardo Blanco y Daniel Burman, entre otros.
Blanco, un protagonista de Luna de Avellaneda, confesó a este diario sentirse orgulloso “por la posibilidad de abrir el juego democráticamente. Es importante haber sido elegidos para el Goya, y también que sean nuestros pares los que nos elijan”. El mismo Bossi –integrante de la comisión directiva de la Academia, a la sazón CEO de Patagonik– se dedicó a explicar la novedosa metodología utilizada para seleccionar las películas elegidas. A pesar de que la reciente Academia no había alcanzado a avisarle a sus respectivas de Hollywood y España sobre su existencia, el Incaa delegó la selección en esta organización. La comisión directiva decidió que el voto podía ser secreto (aunque no se invalidarían los votos firmados) y que en caso de empates –factible en una votación masiva– se resolvería por resolución de una comisión que decidiría el ganador. Los miembros de la Academia (productores, directores y actores) votaron por carta firmada y certificada a una casilla de correo que retiraría un escribano público o en presencia del mismo escribano. Se tomaron en cuenta los votos recibidos hasta ayer a las 14 horas. A último momento se incluyeron dos votos que por problemas del correo no llegaron a tiempo.
Consultado por la sorpresiva elección, Burman dijo no haber pensado que llegaría a esa instancia. “Nadie tiene la fórmula para saber cuándo una película va a ser bien recibida o no. Pero la película habla de temas universales a partir de lo que sucede en nuestro país.”