ESPECTáCULOS › “SUPERMONDO TRASHO UNLEASHED”
Un escándalo trash
Por J. G.
La función del domingo comenzó con palabras ampulosas del joven director Mariano Peralta, autodefinido como la voz de la contracultura en el Festival de Cine de Mar del Plata, y terminó con una pequeña revuelta de espectadores indignados ante las imágenes de Supermondo Trasho Unleashed, extraño cambalache que se presentó como si fuera una crítica brutal a la TV y fue, en verdad, un catálogo de asquerosidades: defecación, masturbación y fellatio fueron sólo una parte de los planos trash que –según el director– serían una herencia de la obra de John Waters. El grupo de díscolos empezó tirando cosas, siguió al grito de “pervertido”, exigió la devolución del importe de la entrada y lo esperó a la salida para resolver a los golpes. Temblando, Peralta llamó a la paz, reivindicó lo asqueroso, intentó alguna bajada argumental, y la proyección siguió su curso.
Si Supermondo... es apenas una película bizarra de bajo presupuesto, con poco vuelo y mucho afán de provocar “sólo porque sí”, las reacciones que suscitó fueron –en cambio– de las más airadas del evento: críticos indignados por la programación permeable de la sección Vitrina argentina, organizadores de las fiestas Ruda Macho (un hit porteño) reclamando más seguridad para Peralta, el mismo director suplicando resistir hasta el final y un corte abrupto de la función retomado sólo con los ánimos más calmos. ¿La historia? Sólo un repertorio algo trillado de cómo la TV quema cabezas adolescentes. ¿El método? Demostrar que una generación perdida sólo tiene margen para la escatología. ¿El problema? Supermondo... jamás trasciende a su objeto, no elabora hipótesis de ningún tipo, no encuentra belleza en la basura sino puro desecho que se termina en sí mismo. ¿La respuesta? “No hay derecho, quiero ver cine”, reclamaron los estafados.