[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Tomó un café en el bar de los tribunales de Avenida de los Inmigrantes. Después de dos horas de espera, a las tres de la tarde entró al despacho del juez Carlos Liporace para iniciar la declaración indagatoria por su presunta participación en el narcoenvío de droga al aeropuerto de España. En sólo cinco meses, Christian Maggio, gerente general de SW, se convirtió así de denunciante en denunciado. En octubre denunció judicialmente el narcoescándalo y ahora el juzgado intenta determinar si las valijas voladoras de su empresa eran un negocio de empleados infieles o de SW. Liporace tiene diez días para resolver su situación procesal. Puede absolverlo, dictarle la falta de mérito o procesarlo. El staff de SW volverá hoy a tribunales: en la agenda del día le toca el turno al vicepresidente Enrique Montero.
Christian Maggio terminó de declarar alrededor de las ocho de la noche. La audiencia fue mucho más corta en tiempo y en contenido que la de su hermano Juan, el presidente de la aerolínea que declaró un día antes.
“Al igual que en el momento que hice la denuncia, hoy volví a aportar todo lo que sé sobre este caso a la Justicia. Los Maggio estamos tranquilos, caminamos con la frente en alto, porque actuamos con honestidad y por eso denunciamos al narcotráfico”, escribió ayer Christian en un mail tras la indagatoria.
Fue convocado a tribunales a pedido de la Sala B del fuero Penal Económico. Los camaristas Marcos Grabivker y Roberto Hornos consideraron en su fallo que en el expediente habría elementos para presumirlo sospechoso. Entre otros puntos, al tribunal le llamó la atención la demora de SW para presentar la denuncia. La hicieron en forma “anónima”, “mal y tarde”, explicaron.
En la historia jurídica del caso, Christian Maggio aparece al comienzo del expediente. Fue autor de esa primera denuncia y hasta ahora no lo había requerido ni el juzgado ni la fiscalía. Sin embargo, fue mencionado varias veces por procesados y testigos. Aquí, algunos ejemplos:
- Ricardo Caso, jefe de seguridad de SW y uno de los que llevó adelante la investigación interna. En la primera testimonial, declaró que se enteró del affaire por Christian Maggio una semana después del desembarco de la droga en España.
- Fernando Arriete, ex gerente comercial de SW, procesado y detenido. En una ampliación señaló que “al no saber Lépori (el gerente de personal) cómo reubicar a Walter Beltrame luego del desplazamiento en Ezeiza, C.M. les recomendó a él y a Patricio Maggio que lo aceptaran en el aérea aerocomercial”.
- Fernando Arriete II: en la misma ampliación sostuvo que “luego de meses de indefinición”, le dijo a C.M. que decidiera el destino de Beltrame o “que tomara la determinación que tuviera que tomar”. Y “que nunca tomaron ninguna por miedo, ya que el padre era la autoridad máxima del aeropuerto de Ezeiza”.
- Walter Beltrame, hijo del comodoro, detenido y procesado. En la foja 846, declaró que “era asiduamente utilizado por C.M. para solucionar problemas y conflictos en Aeroparque en la fusión de Lafsa y SW”. Y mencionó que Christian “hasta le llegó a decir en Semana Santa” que se “hiciera cargo del Aeroparque”, sitio al que Wally había sido trasladado por unos días para reforzar el servicio de SW por un paro.
Los testimonios no dicen nada del contrabando, pero marcan relaciones de subordinación, el nivel de Beltrame dentro de la compañía y lanzan sospechas sobre lo conveniente de mantener buenas relaciones con la Fuerza Aérea. Aunque parte de los testimonios son, al mismo tiempo, estrategias de defensa, formaron parte de las indagatorias a los Maggio.
Hoy será el turno del vicepresidente de SW. Para la fiscal, se trataría del “organizador” del cargamento que salió el 16 de septiembre a Madrid. Pidió su detención en diciembre, cuando concluyó la primera etapa del requerimiento. Aunque hasta ahora el juez no le dio lugar al pedido,Montero no estará tranquilo hasta después de la audiencia de hoy. Como con los Maggio, la Cámara le pidió la juez que lo convocaran por el presunto delito de participación en el contrabando agravado de estupefacientes.