ESPECTáCULOS › “CONFLICTOS EN RED”, POR TELEFE
Sobre cibernautas y vínculos nuevos
Es el primer ciclo local íntegramente dedicado a historias que surgen de relaciones en la red. Tono pesimista.
Por J. G.
¿Qué contar cuando ya se ha dicho casi todo? Guillermo Otero, a cargo de la productora Capítulo 2, decidió que quería hablar de Internet, el último fetiche narrativo post The Matrix, ya no como vía para que se exprese el hacedor de dibujitos animados o el jefe de diseño sino como tópico central de una ficción. ¿Acaso fue The Matrix el primer gran opus sobre la vida en red? Si lo fue, Conflictos en red (el primer ciclo local dedicado a historias de cibernautas en apuros) no fue a buscar allí inspiración. El suyo es un relato de lo cotidiano, de la tecnología aplicada a las vidas de seres pequeños pero sin ribetes fantásticos ni místicos. Si las novelas recientes dedicadas a la red de redes (Won tu fak: ¿kerés cojer? de Alejandro López, y La ansiedad, de Daniel Link) resignifican el diario íntimo, lo vuelven más versátil y cambian el tipo y la forma de la prosa asemejándola a un chat o un intercambio de mails, el primer programa sobre Internet elige un tono pesimista.
Así lo decidió el productor Guillermo Otero, melancólico de décadas pasadas, enfrentado a los usos de Internet, celulares & Co. siempre para el mal. En Conflictos... lo que puede fallar gracias a “estar conectados” siempre fallará: una pareja se pondrá en crisis por un mail bromista que desata un malentendido sobre infidelidades (con Jazmín Stuart en el primer episodio), o una cadena de favores incumplida, de esas que abundan en la red, provoca una maldición a la cibernauta (Mercedes Morán). No faltará el caso de dos chatistas obsesionados con el sexo que, al encontrarse in situ, se descubrirán (después de tanto sexo virtual) imposibilitados para enamorarse (el lunes pasado, con Julieta Ortega y Pablo Rago).
“Hoy la tecnología está metida en la vida de todas las personas siempre aplicada a los conflictos, los problemas, la incomunicación”, dice Guillermo Otero. Si como forma Internet siempre inspiró una apología (del diseñador encantado, del animador gozoso), lo nuevo en contenidos es la condena, hasta ligeramente incorrecta que propone Conflictos... ¿Reaccionario yo? Otero prefiere pensarse como un humanista en defensa de las relaciones más profundas... “Hoy las relaciones son de muy poca profundidad –dice el productor–. Hay mucha interacción pero son como ráfagas que no duran. Internet es sólo una de las causas de este fenómeno, pero también influye el celular, los mensajes de texto, etcétera.” ¿Y qué le diría a un joven fanático del chat y los juegos, del mail y las búsquedas con Yahoo? “Que no es una condena global: lo bueno sería saber usar las tecnologías en beneficio de las relaciones. Pero eso sí, en lo personal, yo jamás usaría un chat.”
–¿Por qué eligió a Celeste Cid para el protagónico que se viene?
–Porque daba perfecto para componer a la protagonista del capítulo Rota. Es una historia en la que ella está de novia con un chico que decide dejarla y no quiere aceptar ese desplante bajo ningún punto de vista. Hace lo imposible: se desdobla y aparece otra Celeste que le va diciendo qué hacer y qué no hacer.
–¿Hay un tono actoral especial para este unitario?
–No es fácil adaptarse al espíritu del programa: todos los capítulos tienen un tono parecido. Son comedias dramáticas que acentúan el factor cómico. Quería hacer algo original, que no se haya hecho, y me fijé en este boom de máquinas pensadas para aportar a la comunicación que producen el efecto inverso. Y en la paradoja de que la tecnología diseñada para ayudarnos nos vuelva cada vez más alienados, más locos.