ESPECTáCULOS
Adiós a Dee Dee, el prócer Ramone
El bajista e ideólogo del flequillo y el nombre Ramones murió el miércoles en Los Angeles. Vivió cerca de un año en Argentina.
Por Pablo Plotkin
”Nuestro hermano Dee Dee murió anoche, 5 de junio de 2002, en su casa de Los Angeles, California.” El sitio oficial de Los Ramones registró la noticia con la brevedad y la contundencia de uno de sus estribillos. El cadáver de Dee Dee Ramone, bajista y fundador de la banda neoyorquina que inventó el punk rock, fue encontrado por su mujer argentina, Bárbara Zampini, en el sillón de su casa de Hollywood, pasadas las 8.30 de la noche del miércoles. Según los forenses, hay elementos que indicarían una sobredosis accidental (la jeringa que se encontró sobre el armario de la cocina, por ejemplo), aunque todavía no se divulgaron los resultados de la autopsia. Dee Dee falleció poco más de un año más tarde que su ex compañero Joey. Tenía 49 años y había hecho casi todo.
Si se habla de Nueva York –la Nueva York fuera de los rascacielos y las vidrieras fulgurantes de la Quinta Avenida–, la leyenda Dee Dee Ramone debe señalarse como un capítulo imprescindible de la historia. Douglas Glenn Colvin nació el 18 de septiembre de 1952 en Virginia, pero se crió en Berlín desde el momento en que su padre fue a hacer parte de su carrera militar a Alemania. Douglas tenía doce años cuando escuchó a Los Beatles, se cortó el flequillo y se rebautizó Dee Dee Ramone (inspirado en el seudónimo Paul Ramone que había adoptado McCartney). De vuelta en los Estados Unidos, radicado en Queens, Dee Dee empezó a consumir drogas de chico. Pasaba mucho tiempo en la calle y cometió algunos delitos menores. Alternaba en empleos poco estables –una peluquería, el correo, la construcción– cuando descubrió a un par de bandas que terminarían prenunciando el punk: los Stooges y los New York Dolls. Deslumbrado por ese nuevo salvajismo escénico, en 1974 fundó The Ramones junto a Johnny (guitarra), Tommy (batería) y Joey (voz).
Especie de ideólogo y timonel estético de la primera época del grupo, Dee Dee pergeñó algunas de sus canciones más gloriosas: “I wanna be sedated”, “Sheena is a punk rocker”, “Now I wanna sniff some glue”, “Chinese Rock” (coescrita con Johnny Thunders, otro ángel caído). Todas hablaban de la vida en la calle, el malestar de un grupo de pibes que se aburrían, aspiraban pegamento y amaban a chicas zarpadas. Tomaron la estructura melódica del surf rock, aceleraron los tiempos, le agregaron distorsión, y casi sin darse cuenta fundaron las bases de un género que un par de años después estallaría en Gran Bretaña a caballo de los Sex Pistols. Ese período –la Nueva York de los 70– marcó un punto de inflexión en la historia de la cultura rock. Velvet Underground, Andy Warhol, Los Ramones, Patti Smith, Television y tantos otros conjuraron una escena que desbordaba de creatividad e intoxicación. Como queda documentado en el increíble libro Please kill me, Dee Dee fue uno de los personajes más asombrosos y entrañables de aquella época. Artista, heroinómano, taxi boy y buen amigo, el bajista era el hombre al que había que conocer en las calles del Village, en esa pequeña capital del rock de vanguardia que se gestó alrededor del antro-emblema CBGB.
“Dee Dee fue el cantautor drogadicto buscapleitos que mejor hizo de ramone”, decía la argentina Patricia Pietrafesa, de She Devils, tres años atrás. “Entrenamiento y legitimidad nunca le faltaron. Después de todo, fue el creador del nombre y autor de gran parte de los temas. Dee Dee, como Iggy Pop, es otro sobreviviente. Lo han visto, hecho y probado todo, y con la gente adecuada.” Así como fue el más ramone de Los Ramones, Dee Dee fue el primero en aburrirse cuando la banda se convirtió en una especie de seguro de trabajo para todos sus integrantes, lejos del espíritu de libertad y desenfreno del principio. En 1989, a poco de la edición del single “Pet Sematary”, Dee Dee abandonó Los Ramones y, a diferencia de sus ex compañeros, buscó rumbos estéticos fuera del punk de tres acordes. Fundó el proyecto de hip hop Dee Dee King, y a lo largo de la década sostuvo sin mucho éxito ni inspiración algunas agrupaciones como Chinese Dragones, The Dee Dee Ramone Band y The Remains. En 1995 conoció a Bárbara Zampini, una platense que por entonces tenía 16 años. “Es una cosa horrible, pido perdón por lo que hice. Pero no sabía”, se disculparía cuatro años después Dee Dee, asentado por un tiempo en Lomas de Zamora y en una quinta de City Bell. Al principio, completamente reprobada por la familia de Bárbara, la pareja se mudó a Amsterdam. Se casaron. Cuando bajaron las aguas vinieron a la Argentina, se juntaron con un baterista de acá y formaron una banda. Siempre cerca de las sustancias y con un par de libros firmados –el autobiográfico Lobotomy: Surviving The Ramones y la novela Chelsea Whore Hotel–, Dee Dee prefirió volver a los Estados Unidos. Se asentó con Bárbara en Los Angeles. “Me encanta Argentina, pero no puedo vivir allá”, diría después. “Lo intenté, de verdad. Pero nadie me ayudó. Empecé viviendo en una choza, sin electricidad ni agua, tenía que sacar agua de una fosa. Después me fue mejor, conseguí un departamento, pero la familia de Bárbara tampoco ayudaba. No me sobraba el dinero, y no quería terminar viviendo en la calle. Viví en la calle cuando era chico, no quiero volver a esa vida.”