DEPORTES › CUANDO ARGENTINA E INGLATERRA SE ENFRENTAN EN LA CANCHA, DOS MUNDOS SE CONTRAPONEN
Chocan los planetas
Por Gustavo Veiga
Hoy, en Sapporo, estarán frente a frente dos equipos, dos maneras de jugar, dos tradiciones. Pero no sólo. Un abismo separa al fútbol.
En la Argentina, el único experimento bursátil que prosperó luego de varias presentaciones judiciales, fue el Fondo Común de Inversión Boca Juniors, ideado por el ingeniero Macri. Es muy fuerte la corriente de opinión contraria a la conversión de los clubes en sociedades anónimas. Aquí, ni siquiera avanzó el gerenciamiento en River y San Lorenzo, dos de las entidades más grandes, que continúan sujetas al régimen de asociaciones civiles. En Racing se concretó por su situación de quebranto.
Venta de entradas: El fútbol inglés es un espectáculo a estadio lleno que se repite cada fin de semana. El promedio de ocupación por partido asciende al 92,24 por ciento. Ya sabemos lo que ocurre aquí. Canchas raleadas, inseguridad, incomodidades permanentes, reventa de entradas,calendarios imprevisibles. En la temporada 2000-2001 (la última de la que se poseen los datos actualizados), Boca y San Lorenzo, los dos campeones, vendieron de promedio por partido, 16.066 y 10.289 generales, respectivamente. El club inglés con menor convocatoria como local, el Middlesbrough, nunca llevó menos de 28.316 personas por encuentro en el último campeonato.
Los intermediarios: De acuerdo a los datos que arroja el registro de la FIFA, existen 171 empresarios autorizados a operar en Inglaterra –es el país más prolífico del mundo en ese rubro–, mientras que en la Argentina apenas hay 19 que obtuvieron su licencia. Esta cantidad, por cierto engañosa, no disimula el pequeño volumen de dinero que mueven en el mercado nuestros avispados intermediarios, siempre dispuestos a hacer negocios, aunque a cambio reciban algunas moneditas.
Cuestiones de poder: Los dos clubes británicos más poderosos, el Manchester United y el Liverpool, integran el denominado G-14, que ya posee oficinas en Bruselas, Bélgica, para sus reuniones. Se trata de la entente formada por instituciones como Real Madrid, Juventus, Bayern Munich, Ajax y París St.Germain, entre otras, que cada vez pesa más fuerte en Europa. Aquí, cuando con Boca y River a la cabeza, todos los equipos grandes intentaron formar una Liga Profesional, ésta fue neutralizada por Julio Grondona.
Las camisetas: Vuelven a ser siderales las diferencias cuando se cotizan los colores de los equipos más importantes. A nivel de clubes, mientras Boca recibe 3.500.000 dólares y River 3.000.000 por el auspicio de la cervecera Quilmes, en Inglaterra, el Manchester cobró 20 millones de la compañía Vodafone, y el Arsenal, último campeón de la Premier League, una suma igual que le pagó Sega.
Más allá de la dimensión económica de un fútbol y el otro, hay dificultades comunes que hace meses comenzaron a percibirse, como la cada vez más conflictiva relación con la TV. En Inglaterra quebró este año la cadena ITV Digital, que al mes de abril le debía a la federación, 290 millones de dólares, producto de un contrato incumplido para televisar los partidos de las divisiones inferiores. ITV colapsó y sólo ha quedado en pie BSkyB, la cadena del magnate Rupert Murdoch, que posee los derechos de la Liga Premier y basa su negocio en un mercado compuesto por seis millones de abonados.
En la Argentina, pese a la fiebre mundialista, el sistema de cable no recobró la dimensión que alcanzó a mediados de los años 90 y colocó en un brete a la adjudicataria de los derechos televisivos, Torneos y Competencias. La caída de PSN, del fondo texano Hicks, ya había agravado la situación financiera de TyC, que buscó en la cadena norteamericana Fox la rueda de auxilio indispensable para paliar la crisis. Pero acaso llegue lo peor, cuando el Mundial de Corea y Japón sea un recuerdo. La AFA intentará conseguir un aumento sobre los 74 millones que cobran los clubes, aunque su socio estratégico quizá no esté en condiciones de pagarlo. ¿Será entonces el tiempo de los cambios? ¿Habrá una empresa dispuesta a quedarse con nuestro fútbol devaluado?
Una versión que circula hace un par de meses dice que una compañía inglesa tiene la respuesta. El viejo imperio contraataca. argentino del inglés y no se debe tan sólo a una cuestión de estilos o de encendida rivalidad. Se trata de mucho más que eso. Podría afirmarse que Verón y Beckham tienen más cosas en común que las economías de Boca o River y la del Manchester, que Owen y Aimar son bastante más semejantes en el juego que los contratos de televisión vigentes aquí y en Gran Bretaña, y que hasta Bielsa y el sueco Ericksson conducen a dos selecciones más parecidas entre sí, que las sumas de dinero disponibles por año para la AFA y la Premier League. Las notables diferencias de poderío económico –lejos de plasmarse en una cancha– están marcadas por varios mojones. De la comparación entre dos realidades tan dispares surgen varios contrastes que explican dónde estamos parados y qué significa nuestra tan mentada dependencia del fútbol foráneo. Agravada, como era previsible, por la enésima devaluación del peso.
El dinero de la TV: En Inglaterra, la Liga Premier en la que juegan veinte clubes, comercializó los derechos de televisión por 1960 millones de dólares durante la temporada 2001-2002. El contrato anterior establecía por el período 1997-2001 la suma de 1200 millones. Por ende, el incremento resultó sustancial. En nuestro país, la AFA apenas consiguió elevar de 64 a 74 millones el ingreso para las veinte instituciones que disputan los dos torneos anuales de Primera División (a cambio de emitir un quinto partido por el cable). Hoy, el convenio hasta 2014 hay que traducirlo a pesos.
Los mercados: Quince clubes ingleses cotizan sus acciones en la Bolsa de Londres. El primero en hacerlo fue el Tottenham Hotspur. A fines de los años 80, el Manchester United fue vendido a cambio de 18 millones de dólares y una de las últimas ofertas que se hizo para adquirirlo alcanzó los 1000 millones en billetes estadounidenses. (sigue en página/26)Por Gustavo Veiga
Hoy, en Sapporo, estarán frente a frente dos equipos, dos maneras de jugar, dos tradiciones. Pero no sólo. Un abismo separa al fútbol argentino del inglés y no se debe tan sólo a una cuestión de estilos o de encendida rivalidad. Se trata de mucho más que eso. Podría afirmarse que Verón y Beckham tienen más cosas en común que las economías de Boca o River y la del Manchester, que Owen y Aimar son bastante más semejantes en el juego que los contratos de televisión vigentes aquí y en Gran Bretaña, y que hasta Bielsa y el sueco Ericksson conducen a dos selecciones más parecidas entre sí, que las sumas de dinero disponibles por año para la AFA y la Premier League. Las notables diferencias de poderío económico –lejos de plasmarse en una cancha– están marcadas por varios mojones. De la comparación entre dos realidades tan dispares surgen varios contrastes que explican dónde estamos parados y qué significa nuestra tan mentada dependencia del fútbol foráneo. Agravada, como era previsible, por la enésima devaluación del peso.
El dinero de la TV: En Inglaterra, la Liga Premier en la que juegan veinte clubes, comercializó los derechos de televisión por 1960 millones de dólares durante la temporada 2001-2002. El contrato anterior establecía por el período 1997-2001 la suma de 1200 millones. Por ende, el incremento resultó sustancial. En nuestro país, la AFA apenas consiguió elevar de 64 a 74 millones el ingreso para las veinte instituciones que disputan los dos torneos anuales de Primera División (a cambio de emitir un quinto partido por el cable). Hoy, el convenio hasta 2014 hay que traducirlo a pesos.
Los mercados: Quince clubes ingleses cotizan sus acciones en la Bolsa de Londres. El primero en hacerlo fue el Tottenham Hotspur. A fines de los años 80, el Manchester United fue vendido a cambio de 18 millones de dólares y una de las últimas ofertas que se hizo para adquirirlo alcanzó los 1000 millones en billetes estadounidenses.