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“Tienes entre 16 y 24 años; te late tanto la música que haces tus propias mezclas y nunca te pierdes MTV... eres la clase de chavo que Motorola tenía en mente...”, les grita la empresa de celulares desde afiches y publicidades, mientras idea novedosos formatos de propaganda. Si –como admite el ejecutivo senior– todo en el fondo es una cuestión de marketing, lo que llega es la explotación de funciones hasta el límite de la creencia. “Este celular no se parece a nada que hayas visto –sigue la voz del promotor–; con él no sólo podrás hacer llamadas, sino también inventar música para llenar el mundo con tu sonido personal.”
La promo del celular insiste: ahora se puede ser cineasta y Dj, y todo sea por el intento de reemplazar equipos complejos y abaratar. Para legitimar, el Dj Paul Van Dyk forma parte de la campaña publicitaria: compuso el tema del spot de televisión y aparece bandejeando con celulares. ¿Qué permite el aparato? Descarga diferentes tonos de timbrado, mezclables entre sí, personaliza el sonido del teléfono, baja y crea música de Internet, y permite intercambiarla con otros aparatitos. Leandro Sacharías, Dj experimental, probó suerte en fiestas de amigos con su pack de celulares, sorprendió por la variedad de temas y la habilidad para mezclar pero –eso sí– reclama una revisión urgente. “¡Súbanle el volumen!”