EL PAíS
Boggiano tiene tiempo hasta abril para resolver cómo quiere irse
En la segunda semana de abril, los diputados leerán la acusación en el Senado. Si por entonces Boggiano no presentó su renuncia a la Corte, el PJ lo destituirá. Aseguran que ya tiene los votos.
Por Eduardo Tagliaferro
“El tiempo puede ayudar al magistrado a valorar la situación en la que se encuentra”, dice a este diario un destacado legislador del oficialismo hablando del juez de la Corte Suprema Antonio Boggiano y del juicio político que se desarrolla en el Senado. El cortesano podrá seguir evaluando su futuro hasta la segunda semana de abril, fecha en la que se especula que los diputados leerán su acusación en el recinto del Senado. En ese mismo momento se podría votar su suspensión provisoria. Esta definición recién se tomará el próximo martes 29 cuando vuelva a reunirse la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, que preside Cristina Fernández de Kirchner. La falta de urgencias del oficialismo, contrastante con los juicios a los anteriores integrantes de la mayoría automática, también es una apuesta a recuperar los canales de diálogo con Boggiano. Canales que hoy sólo se transitan a través de intermediarios.
En el oficialismo se evaluó que tanto para el Gobierno como para el magistrado la salida menos traumática es la renuncia. Precisamente esa fue la negociación que silenciosamente el titular de la bancada del PJ, Miguel Angel Pichetto, llevaba adelante con el juez. Luego de que este diario adelantara el tema, esa negociación entró en un punto muerto.
“No sé qué va a hacer Boggiano”, responde una importante legisladora del PJ cuando se le pregunta por la posibilidad de que el supremo termine presentando su renuncia. La respuesta también da cuenta de lo estancadas que están las negociaciones. Cuando este diario pregunta si los dichos de Boggiano al diario La Nación, señalando que no pensaba dar un paso al costado, era una barrera imposible de franquear, la legisladora apela a la memoria. “Adolfo Vázquez también dijo que se iba a defender a capa y espada, denunció atentados y otras cuestiones y terminó renunciando.”
“Se está funcionando de manera más distendida. No hay una urgencia vital, pero esto no quiere decir que el Senado no avance”, dice otro de los parlamentarios consultados por Página/12. En su opinión, el resultado está cantado. “Si se tiene en cuenta que el voto de Boggiano ayudó a conformar el núcleo de cinco votos que dio por válida la decisión del tribunal arbitral y que ésta fue perjudicial para el país, no hay que esperar otra definición que la destitución”, dice.
Claro que para que esto suceda el oficialismo también tiene que conseguir el respaldo de los dos tercios de los votos. Aquí cuenta con el acompañamiento del radicalismo y también de los bloques del socialismo, del Frepaso, Frente Grande, Partido Nuevo y otras expresiones unipersonales que podrían encuadrarse dentro de la denominada transversalidad. En contra votarían la puntana Liliana Negre de Alonso, que comparte con Boggiano su militancia en el Opus Dei, y también su coprovinciano Raúl Ochoa. Enfrente del oficialismo se ubicaría además Eduardo Menem y Ramón Saadi.
Antenoche, mientras los senadores esperaban que llegara de Diputados el proyecto que desgrava la importación de gasoil, en algunas mesas del comedor del Senado se especulaba con lo trabajoso que sería para el Gobierno conseguir los dos tercios. La bonaerense Mabel Müller no ocultaba cierto gozo por lo que tendría que trabajar el titular de la bancada para conseguir el acompañamiento de los suyos.
“En algún momento va a tener que sonar un teléfono”, dice el interlocutor cuando se le consulta por algunos escarceos rebeldes dentro de su bancada. El teléfono además de traer la voz del caudillo bonaerense Eduardo Duhalde tendría que traer el consejo de alinearse con el Gobierno. La posibilidad de algunas rebeliones dentro de la mayoría no desvive al interlocutor de este diario. Para que quede en claro el futuro escenario, no duda en señalar que “hasta el momento nadie hizo nada por Boggiano. Los que ahora hablan en voz baja tampoco van a hacer nada”. Claro que los que hablan suelen ser los senadores más alejados del núcleo que conduce el bloque. Si bien Boggiano supo tener cierto predicamento en el duhaldismo, los tiempos han cambiado. Néstor Kirchner está en la Rosada y este año enfrenta los primeros comicios legislativos, que son presentados como un plebiscito a su gestión. Precisamente en este punto la cara visible del juicio político es Cristina Kirchner, la más fuerte carta electoral del Gobierno. “El gobierno nacional no está dispuesto a pagar costos por terceros”, concluye el parlamentario.