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No lo hicieron por los precios, ni tampoco por un boicot convocado por el Presidente. Los trabajadores aeronáuticos bloquearon ayer el funcionamiento normal del Aeroparque por dos horas y media. La protesta fue en repudio a la entrega directa de Lafsa –la compañía creada por Eduardo Duhalde para mantener las fuentes de trabajo de Dinar y LAPA– a la empresa LAN Chile. El reclamo unió a todos los gremios del sector, con la excepción de APTA, cuyo ex secretario general, Ricardo Cirielli, hoy es subsecretario de Transporte Aerocomercial.
Con argumentos similares, pilotos, azafatas, empleados y técnicos se oponen a que la empresa chilena aterrice en el mercado de vuelos de cabotaje: la acusan de apelar a prácticas anticompetitivas para terminar con la competencia. Además, los trabajadores repudiaron que no se haya convocado a una licitación para vender Lafsa. También reclamaron las renuncias de Cirielli y del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, al que la oposición tiene entre ceja y ceja desde que estalló el escándalo de las narcovalijas.
Otra de las preocupaciones es que LAN utilice como base de operaciones de su nueva subsidiaria –cuyo nombre será LAN Argentina– a las instalaciones que tiene en Santiago de Chile. El temor de los gremios es que eso afecte la estabilidad laboral de los trabajadores. “La estructura de sostenimiento la van a desarrollar en Chile”, pronosticó el diputado Ariel Basteiro (ARI), ex dirigente de APA y uno de los impulsores de la protesta de ayer. En el Aeroparque también estuvieron los diputados Héctor Polino (PS), Margarita Stolbizer (UCR), Eduardo Macaluse (ARI), Claudio Lozano (Emancipación), Luis Zamora (AyL) y Patricia Walsh (IU).
El reclamo fue organizado por cuatro de las cinco gremios del sector: APA, el que agrupa al personal jerárquico, Aeronavegantes y UALA, que representa a los pilotos de Austral. También estuvo un sector escindido de APTA, el sindicato de Cirielli, formado por técnicos de Austral. La protesta obligó a demorar cinco vuelos que estaban previstos entre las 10 y las 10.45. La demora causó una congestión de pasajeros en el hall central y en los sectores de check in y preembarque. “Andate Jaime la puta que te parió”, gritaban los manifestantes, unos trescientos, que cortaron la avenida Costanera por unos minutos. “Son un grupo muy reducido”, los descalificó luego el aludido Jaime, quien consideró “injustificada” la protesta y defendió la entrega a LAN Chile de las rutas y las operaciones de Lafsa.
El aspecto más criticado de la operación, que motivó sospechas y acusaciones de falta de transparencia, es que se haya realizado sin llamar a licitación. “La Secretaría de Transporte se ha transformado en un kiosco”, acusó la diputada Alicia Castro, ex dirigente de Aeronavegantes. Las dudas de Castro apuntan sobre todo a la empresa Aero 2000 –de la que los chilenos compraron el 49 por ciento– que “no tiene avión ni oficinas”. En los gremios del sector aseguran que Jaime y Cirielli tendrían intereses en esa empresa (cuyos accionistas conocidos se apellidan Ciadi, un ex gerente de Dinar, y Maisonave, vinculado con la empresa Aeroandina).
Los funcionarios involucrados defienden su papel en la operación. “LAN es una empresa que cotiza en Bolsa, que tiene un sólido respaldo económico y está garantizando la estabilidad laboral por tres años de todos los trabajadores”, aseguró Cirielli. Según el ex dirigente gremial, la compra de la compañía chilena “está autorizada por el Código Aeronáutico”. “Esto servirá para terminar con el monopolio de Aerolíneas”, agregó. En el Gobierno enmarcan la oposición de los trabajadores dentro de una guerra de empresas. Puntualmente, hablan de los intereses del grupo español Marsans.
Desde los gremios admiten que los españoles podrían están preocupados por el ingreso de LAN, pero prefieren poner el acento en los antecedentes dela corporación chilena, que está asociada al grupo de empresas One World (controlado, a su vez, por American Airlines). “En Perú, Ecuador y Dominicana, LAN aplicó políticas de dumping. Terminó destruyendo a sus competidoras y controlando el mercado”, cuestionó Basteiro. Para Basteiro, lo mejor hubiera sido que Lafsa se consolidara como empresa del Estado asociada con LADE. “Podría ser instrumento regulador del mercado”, argumentó.