ESPECTáCULOS › FEDERICO LUPPI, UN ACTOR CONTRA LA MENTIRA
“Yo también fui engañado”
Por Oscar Ranzani
Fue el protagonista de Tiempo de revancha, Ultimos días de la víctima, La ley de la frontera, Un lugar en el mundo y Martín (Hache). En un alto de la filmación de Lugares comunes, Federico Luppi destaca la experiencia que recogió al trabajar con el cineasta: “El rigor, el trabajo duro, la minuciosidad, el respetar los sentimientos, ser absolutamente verídico, veraz, coherente. En fin, una cantidad de cosas que evitan lo que llamamos en la jerga nuestra el rebusque o el camelo. Eso es muy importante”, reconoce.
–¿Qué características tiene su personaje?
–Es un personaje común, que responde a las características de un profesor de nivel terciario que, en cierto momento de su vida, lo jubilan de oficio y ahí comienza toda una historia bastante concreta respecto al dinero que va a cobrar. También está la relación con su hijo que vive en España, que es bastante compleja, y con su mujer española. En definitiva, la historia tiene mucho que ver con estos tiempos, con la relación que hay entre nosotros, con el entorno circundante, con todos los niveles muy complejos y, a la vez, ricos de condición política, económica, de esperanzas, de frustraciones, el paso del tiempo, la relación con los hijos. De alguna manera, está contando un poco lo que podríamos llamar la referencia media de un ser argentino hoy en día.
–¿Lo seduce el hecho de que el personaje sea una especie de víctima representativa de la crisis argentina?
–No es una motivación desde el punto de vista de una singularidad. Esta motivación, de alguna forma, está inscripta en uno desde hace muchísimo tiempo. Hoy en día, todos, independientemente de los roles sociales que cumplimos, estamos inmersos en una suerte de frustración, de pena, de cierta sensación de fracaso, de pérdida de identidad, de utopías y de proyectos futuros más o menos alegres o engrandecedores. Pero bueno, el hecho de que sea real, en ese sentido, ayuda.
–Aristarain dice que los actores no componen los personajes sino que hacen de ellos mismos. ¿Usted está de acuerdo?
–Sí, en general lo que ocurre es que hay toda una mitología respecto de la composición y de generarse otros personajes dentro de uno. Una vez dije y lo repito ahora: hay tantos Hamlet o tantos Martín Fierro como actores los hagan porque cada uno aporta a ese personaje su única historia personal y sus únicos recursos afectivos y emocionales. Nadie pide prestado en otra parte que no sea en sí mismo las cosas que van a alimentar un personaje. En ese sentido, representamos una parte de ese movimiento interno que es nuestra intuición, nuestra alma y nuestra vida con nuestros dolores, fracasos y alegrías. Y ahí, entonces, sí creo que somos repetidores de una constante que es nuestra propia vida.
–¿Cómo lo afectó la crisis en su profesión?
–Como a todo el mundo en todos los niveles. Me robaron, me engañaron, me frustraron, me violentaron, me estafaron y me quitaron como a tanta gente el proyecto de un país. No estamos hablando de elementos puramente sensibles o emocionales. Estamos hablando de hechos concretos. Esta gavilla de ladrones, ineptos, desvergonzados ha hecho esto que acabo de decir con todo el país. Por supuesto, en la crisis muchos ganaron y otros perdieron. Está claro. Como yo no pertenezco al poder soy de los que perdieron.