DEPORTES
La Italia de Trappatoni llega como siempre: juega mal pero no se cae
Una vez más se repite la historia de cada víspera de Mundial: la selección italiana, criticada –con razón– por su juego mezquino, no convence a nadie, pero se las ingenia para llegar a instancias finales.
Por Ariel Greco
Como en los mundiales anteriores, Italia llega al torneo sin demasiado ruido, ya que su juego no convence ni a los tifosi ni mucho menos a la prensa. Actuaciones decepcionantes, resultados no demasiado relevantes y un equipo que no termina de afirmarse definen el presente del actual subcampeón europeo. Ayer, en el último amistoso, volvió a defraudar: cayó 0-1 ante la República Checa, un equipo que no logró clasificarse para Japón y Corea. Es cierto que las ocho variantes que introdujo durante el juego son un atenuante para el análisis, aunque las críticas para un equipo que casi no pateó al arco durante noventa minutos seguramente serán durísimas. “Nos quedan quince días para mejorar, buscar esquemas y recuperarnos en los próximos amistosos que haremos en Japón”, fue el lapidario balance que formuló el arquero Gianluca Buffon, una muestra realista de la poca confianza que despierta la “Azzurra”.
Sin embargo, esa realidad no debiera sacar al conjunto de Giovanni Trappatoni de la lista de candidatos al título. A lo largo de la historia, los ejemplos en contrario se acumulan. Por más que en la previa no pintaba, Italia siempre se las ingenia para llegar hasta las últimas instancias. Además, en Japón y Corea cuenta con un agregado importante, que es el fixture. El sorteo le regaló una zona sin complicaciones aparentes junto con México, Ecuador y Croacia y, sobre todo, una segunda etapa sin cucos por su lado del cuadro. Mientras Argentina, Brasil, Francia e Inglaterra lucharán por un lugar en la final en la parte de arriba del torneo, Italia irá por la parte de abajo, con Alemania y España con rivales más complicados.
Hay un dato a tener en cuenta. En los últimos tres mundiales, a pesar de que nunca deslumbró por su juego, a Italia sólo se la pudo dejar afuera en tandas de penales. En 1990, el verdugo fue Argentina, en aquella memorable semifinal jugada en Nápoles. En Estados Unidos aguantó el 0-0 los 120 minutos de la final ante Brasil, hasta que sus principales figuras, Roberto Biaggio y Franco Baresi, desviaron sus remates en la definición. Y en 1998, Francia fue muy superior en cuartos, pero recién se pudo sacar de encima al conjunto de Cesare Maldini en los penales. Una muestra de que los italianos no necesitan jugar bien para conseguir avanzar en un mundial. Además, con un esquema similar, en la última Euro 2000 se las ingeniaron para llegar a la final, donde recién cayeron ante Francia con un gol de oro de David Trezeguet.
Pero más allá del presente futbolístico, el técnico debe superar otro inconveniente, que surgió por la no convocatoria de Roberto Baggio. Como ocurrió en Brasil con la ausencia de Romario, el reclamo generalizado por la presencia del volante de Brescia perturbó a Trappatoni. “No teníamos certezas de su estado, por eso no lo convocamos”, se defendió el técnico, que ya aclaró no quiere hablar más sobre el “caso Baggio”. “No voy a contestar más sobre ese tema”, respondió durante la última conferencia de prensa. La insistencia de los periodistas tiene que ver con el buen nivel con que retornó Baggio luego de su lesión. Dos tantos el día de su retorno ilusionaron a todos con la posibilidad de que Baggio llegara a su cuarto mundial consecutivo. Sin embargo, el técnico cortó el sueño. Ayer, otra vez, los hinchas desplegaron banderas en contra de la resolución del entrenador.
A dos semanas del debut, Trappatoni todavía mantiene varias dudas respecto a la formación titular. Las más trascendentes tienen que ver con el tridente ofensivo, ya que el técnico cuenta con diferentes variantes, pero aún no decidió la mejor opción. Incluso, a lo largo de las eliminatorias cambió en forma constante las duplas de ataque. Dentro de ese panorama, el goleador del Inter, Christian Vieri, parece tener un lugar asegurado, pese a que durante la etapa clasificatoria jugó muy poco por una lesión. Para el segundo atacante los candidatos son Filippo Inzaghi, Vincenzo Montella y Alessandro Del Piero, que también es una alternativa para actuar como conductor. Allí está la gran duda. Por un lado, Inzaghi fue el más utilizado en el camino a Japón y Corea. Otro indicio es que figura con el número nueve en la lista definitiva. Sin embargo, su último torneo en el Milan no fue del todo bueno, por lo que perdió posibilidades. Distinto es el caso de Montella. El goleador de la Roma no dispuso de muchas chances en las eliminatorias y casi siempre fue suplente, pero terminó el campeonato en gran nivel. Además, en el amistoso ante Inglaterra, que Italia ganó 2-1, convirtió los dos tantos. Claro que la posibilidad más concreta es la de Del Piero. El jugador de Juventus terminó el Scudetto en gran forma, jugando como segundo atacante junto a Trezeguet, y es un histórico de la selección. Otra variante es que Del Piero asuma el rol de conductor y abra un hueco para Montella o Inzaghi. Claro que esa posibilidad relegaría a Francesco Totti al banco de suplentes, ya que Trappatoni adelantó que no utilizará más de tres atacantes. El examen de ayer no dejó muchas señales positivas. Sin Totti, Trappatoni no puso enganche y apostó por dos duplas diferentes. En el primer tiempo jugaron Inzaghi y Vieri, mientras que en la segunda etapa entraron Montella y Del Piero. En ambos casos, Italia no generó chances de gol.
En el aspecto defensivo, el presente es más claro. Si no aparecen lesiones, Fabio Cannavaro, Alessandro Nesta y Paolo Maldini tienen su puesto asegurado, mientras que Cristian Panucci y Francesco Coco irán por los costados. De esa manera, la hipotética línea de tres tiene más color como una de cinco. Luigi Di Biagio y Cristiano Zanetti son casi inamovibles como volantes de marca. A quince días del debut, a Trappatoni parecen no preocuparles los flojos rendimientos y los cuestionamientos de la gente. Es que en la historia de Italia, resultados y buen juego nunca fueron de la mano.