EL PAíS

El ARI, una opción que crece “como amasando harina sin agua”

Elisa Carrió recorre el interior reuniendo flamantes partidarios. Su principal problema es la heterogeneidad –hay “ex” de casi todas las tendencias– y los debates que eso genera. La tensión entre tradiciones y costumbres políticas diferentes.

 Por Marta Dillon

“Más de una vez tengo la sensación de que estoy amasando harina sin agua”, dice Susana García, candidata a senadora en las últimas elecciones, los brazos blancos hasta los codos de tanto insistir en amasar el ARI en Santa Fe. Como muchos otros referentes del movimiento que lidera Elisa Carrió en las distintas regiones del país, García se enfrenta a diario con la dificultad de organizar esa heterogeneidad de prácticas, historias y experiencias que intentan confluir bajo la misma sigla a la que ya le falta poco para convertirse en partido político. Ex peronistas, ex frepasistas –que alguna vez fueron peronistas–, ex radicales, grupos de católicos de base, independientes con una recién estrenada necesidad de participación, organizaciones sociales, todos ellos intentan hablar la misma lengua. Aunque por momentos lo único que se entienda es ese reclamo de un traductor, que es ni más ni menos que una propuesta programática. “Pero la propuesta –dice Carrió en cada discurso a sus militantes– la van a tener que hacer. Podremos dar los lineamientos básicos, pero si lo que se reclama es participación no me pidan que dé todos los detalles para después acusarme de verticalista”.
¿Cuál es el principal problema para conformar el ARI? “La heterogeneidad”, dice Carrió sin dudarlo, “y los tiempos”. El tic tac de la crisis suena demasiado cerca de los legisladores y militantes del ARI que se debaten entre desear o no la posibilidad de ser gobierno. “No es una cuestión de querer o no querer, estamos librados al puro acontecimiento”, dice la líder para significar que ya no hay estrategia que valga, todo puede suceder, “incluso que Rodríguez Saá aglutine el populismo conservador”. Pero mientras tanto hay que “armar el ARI”, y a esa tarea se dedican Carrió y el resto de los legisladores del bloque. Graciela Ocaña en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, y Elsa Quiroz, en el interior del país. Cada fin de semana Elisa Carrió viaja a una ciudad distinta, intentando afianzar con su presencia “la voluntad de cambio que los acerca”, un hilito de esa agua que reclama García.
La estrategia es convocar a plenarios regionales –o grupos de reflexión, según le gusta llamarlos a Lilita– para converger en una mesa nacional a fines de junio de donde por fin saldría una propuesta programática “consensuada democráticamente”, como es la exigencia de su principal referente. Hasta ahora se realizó, en abril, el plenario del nordeste, en Corrientes, y hoy cierra el plenario patagónico en Neuquén. A fin de mes quienes integran –o integren– el ARI en el norte se reunirán en Santiago del Estero.
“Si hay algo en política que desgasta es siempre estar viendo el defecto en el otro, en estar mirándose como enemigos por haber llegado antes o después a la conciencia, cuando lo que hay que hacer es abrir camino para que cada vez sean más los que se quiebren, se autocritiquen y avancen”. La frase que Carrió descargó sobre sus militantes en la Universidad del Comahue se refiere a una de las principales discusiones entre los distintos grupos que convergen en el ARI. Los independientes demandan a los militantes de partidos tradicionales su responsabilidad en la crisis actual, los militantes enrostran a los independientes haberse quedado en su casa hasta ahora. Entre los expulsados de partidos tradicionales las desconfianzas son igualmente tradicionales, aunque unos y otros suman el mismo palo en la rueda: “La dificultad de abandonar las viejas prácticas que hicieron de los partidos simples aparatos para repartir cargos públicos”, dice Carrió.
Los más optimistas, como la diputada nacional Elsa Quiroz –dirigente de Suteba que abandonó el Frepaso poco después de haberse negado a votar la reforma laboral– creen que “el hartazgo que todos compartimos homogeiniza, ahora lo más arraigado es la necesidad de cambiar y laapertura de uno empuja el cambio del otro. Ya el año pasado nos hemos encontrado todos en un mismo espacio y se pudo ver a ex radicales, socialistas y peronistas cantando todos juntos la marcha (peronista). Si alguno no la sabía, aplaudía igual”. Como si todo esto fuera poco, en el ARI también se encuentran las militantes feministas ortodoxas con grupos católicos que suelen enfrentarse por temas clásicos como el aborto, aunque la única síntesis fue la necesidad de abrir el debate a todos.
La conformación del ARI es la prioridad para su líder que espera no tener que armar listas improvisadas para unas próximas elecciones que nadie aventura a situar en una fecha exacta, pero que todos creen que caerán sobre sus cabezas mucho antes de setiembre del año próximo. Por eso viaja cada fin de semana y por eso insiste también con discursos en los que las palabras más escuchadas son “háganse cargo”. Carrió necesita que se construyan liderazgos regionales, locales, que acompañen al propio para no quedar atrapada en un cima con pies de barro. Por eso se enoja cuando le demandan “un manifiesto, una doctrina”, como pidió una mujer en el encuentro de Córdoba. En esa demanda encuentra la contradicción: “Si bajo la propuesta concreta me acusan de verticalista, se demanda horizontalidad y participación, pero exigen que todo esté hecho de antemano”.
Hasta ahora la composición del ARI sigue las huellas de la conformación política de las distintas provincias. En Córdoba, por ejemplo, la mayoría son ex radicales, en Entre Ríos la mayoría se han reivindicado peronistas, en Buenos Aires aseguran que el reparto no inclina la balanza para ninguno de los dos lados. Carrió confía en que las rencillas se solucionarán en el corto plazo, pero “el problema es el mismo que tiene el país. Está muriendo una Argentina y naciendo otra, es un proceso de duelo en el que todavía no se puede abandonar, dejar partir lo que se muere y tampoco se aprende a nacer”.

Compartir: 

Twitter

Cada fin de semana, Carrió viaja a una ciudad del interior a reunirse con quienes la apoyan.
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.