PSICOLOGíA › “SABER HACER” DE UNOS, MORTIFICACION DE OTROS
“Hágase tu voluntad sobre nosotros”
Por Mónica Santcovsky *
Cuando el “saber hacer” de algunos gobernantes se adueña de nosotros, entramos en el terreno de la moral. Aunque parezca paradójico, la moral no es más que encubrimiento; si no, pensemos en uno de sus preceptos religiosos: “Hágase tu voluntad”.
Cuando ese “saber hacer” cae sobre nosotros, es decir, ejerce su voluntad sobre la nuestra, aunque haya ido tomando voces diferentes es siempre con la característica que su palabra esté regida sobre este precepto: “Se hará mi voluntad”. Entonces lo que se dice pierde la categoría de confiable, legal, sostén de un orden establecido, donde “dar la palabra” era un compromiso equivalente con los actos.
Cuando se llega a este punto nos encontramos con lo más primario de la constitución subjetiva, entonces, la respuesta es de grito, llanto, dolor, bronca, porque la palabra ha perdido su eficacia. Sobreviene la decepción y la tristeza.
Tanto el “corralito” como la supresión del pago a un jubilado que trabajó toda su vida en su país y confió y “depositó” su confianza en él ponen en evidencia el ejercicio de la voluntad del otro sobre lo más primario que construye el sujeto humano: la diferencia entre lo propio y ajeno, modelo que le servirá en su vida futura para no adueñarse de lo ajeno, de lo que no es “suyo”. De depositar la confianza pasamos en un minuto a ser depósitos, restos del Otro.
Lo que se tolera calladamente, Freud lo llama “mortificación”, en este caso la pérdida de la confianza en el discurso. Por eso, cada uno de nosotros intenta no quedar mortificado, muerto como sujeto que desea. Cada uno de nosotros resiste, tolera, pero cuando se tocan las cosas más primarias, que es lo propio que cada uno construyó en la vida, sus anhelos, deseos, esperanzas, intentamos por todos los medios poner palabras a este hecho traumático: resurge la solidaridad en respuesta al desamparo de la ley: reuniones de asambleas barriales, comunicación por Internet, o de boca en boca, donde confluyen los extremos sociales frente a la estafa de la confianza.
* Psicoanalista.