PSICOLOGíA
Lástima que comer arruina el apetito
Por S. A.
Que el bebé coma dependerá de las razones del deseo de la madre para sostener la sucesión de las mamadas. Si no estuviera vigente ese deseo, el niño no podría sobrevivir más de algunas horas, dado que la hidratación proviene también de la ingesta de leche materna: sea mamaria o de biberón, pero materna. No se trata de que la necesidad somática no exista, pero el ser parlante no se nutre por necesidad sino libidinalmente.
No hay estructura clínica que no incluya eventualmente un trastorno de alimentación. El psicótico paranoico puede llegar a no poder comer por pensar que la comida está envenenada: llamar anorexia a la negativa paranoica de comer nos desviaría del diagnóstico de estructura. Puede también suceder que el esquizofrénico se olvide de comer, porque está dañada su subjetividad al nivel de la formación primaria de la pulsión.
El niño en marasmo, hospitalizado –que carece de Otro para quien signifique algo– no come la comida que se le ofrece. Aunque cuente con las condiciones materiales, morirá, a menos que alguna enfermera se encariñe con él, es decir, que él pueda ecuacionar el falo para ella.
Existen también perversiones cuya conducta bizarra se centra en la comida, sobre todo en lo que se obliga al partenaire a comer, para lograr angustiarlo. Y, en cualquier neurosis, el mero hecho de sentirse más o menos triste o insatisfecho decide a menudo que se coma mucho más o mucho menos.