SOCIEDAD › PRESENTAN EN EL PAIS EL PRIMER PRESERVATIVO DE LATEX PARA MUJERES

Llega la versión femenina del “póntelo-pónselo”

 Por Pedro Lipcovich

“Me gusta mirarte mientras te ponés el forrito”, dijo él, y ella, un poco ruborizada, se dispuso a colocárselo: juegos como éste ya son posibles en la Argentina, porque se lanzó a la venta el primer preservativo de látex para uso femenino. El dispositivo se introduce en la vagina y, anuncian, es de fácil colocación. El preservativo de uso femenino tiene una consistente historia de uso en Brasil, donde el Estado lo provee gratuitamente, y también en Sudáfrica. En la Argentina, en la década de los ’90 se había lanzado un dispositivo parecido, pero de poliuretano, que no prosperó, entre otros motivos porque “no hubo suficiente difusión en grupos de mujeres”, según una especialista.

El preservativo femenino –su nombre comercial es “Camaleón Lady”– es más ancho que el masculino; tiene un anillo exterior, que cubre los labios vaginales, y en su extremo, por dentro, hay una esponjita de poliuretano; la mujer, doblando esta esponjita, introduce el preservativo en la vagina: “Alcanza con introducirlo apenas, ya que, luego, el ingreso del pene hará que se acomode en el interior –explicó Hugo Fucksmann, gerente general de la firma Cidal, que desarrolló el nuevo dispositivo–; ya en posición, esa esponjita evita que el preservativo salga o se arrugue”.

“Apuntamos a darle a la mujer la opción de cuidarse ante la negativa de un hombre a usar preservativos –afirmó Fucksmann–; no se trata de reemplazar el preservativo masculino, sino de agregar una alternativa.” Además, permite que “luego de la relación, no es necesario retirarlo de inmediato, a diferencia de lo que sucede con el preservativo de uso masculino”.

Adriana Basombrío, a cargo de Coordinación Sida de la ciudad de Buenos Aires, estimó que “la llegada de una nueva herramienta de protección siempre es bienvenida, como en este caso; el preservativo de uso femenino, al igual que el masculino, permite evitar tanto las enfermedades de trasmisión sexual como los embarazos no deseados; bien utilizado, su efectividad es quizá mayor que la del masculino”.

Para Mabel Bianco, titular de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), “sería conveniente que el Estado hiciera compras de estos preservativos para ensayar y difundir su uso”.

En su versión de poliuretano, el preservativo de uso femenino se utiliza desde hace años en Brasil y Sudáfrica, donde los Estados lo proveen gratuitamente a grupos de mujeres. “Por ejemplo –señaló Bianco–, en parejas en las que sólo uno de los dos está infectado con VIH y, por lo tanto, deben usar preservativos de por vida: a lo largo de tiempos muy largos, es conveniente disponer de más de un método. Se ha visto que el preservativo de uso femenino es muy bien aceptado en parejas estables, incluso mejor que en relaciones ocasionales. Es importante que el hombre sepa que la mujer utiliza este método y que, en el acto sexual, colabore para que el pene efectivamente se introduzca por dentro del preservativo.”

Basombrío comentó que “este dispositivo puede ser colocado incluso horas antes de tener la relación, y puede retirarse horas después. En Brasil, lo han ensayado trabajadoras sexuales y también mujeres que, en situaciones de pareja estable, están expuestas a relaciones sexuales no consentidas”.

El preservativo femenino de poliuretano había llegado a la Argentina a mediados de los ’90, pero no prosperó. Su precio, de cinco dólares, era caro aun en la época del “uno a uno”. Además, “por el material no elástico del que estaba hecho, se movía e incluso hacía ruido durante la relación sexual”, señaló Basombrío. Y además, según observó Bianco, “no hubo adecuada difusión ni trabajo con grupos de mujeres para facilitar su aceptación”.

El de látex es un emprendimiento conjunto entre la empresa argentina y una asociada de la India; en ese país serán fabricados “porque aquí no contamos con el equipamiento necesario, explicó Fucksmann. Cuentan con la aprobación de la Anmat y su precio, según Fucksmann, estará en “alrededor de seis pesos”. Según los fabricantes, desde este mes estará a la venta en farmacias y supermercados.

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Se introduce la esponjita en la vagina y el pene al penetrar lo acomoda.
 
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