Viernes, 7 de marzo de 2008 | Hoy
EL MUNDO › ENTREVISTA EXCLUSIVA CON PEDRO ZEROLO, ACTIVISTA GAY ESPAÑOL
Zerolo fue presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de España. Actualmente es concejal del PSOE en Madrid. En este reportaje hace un balance del gobierno socialista, a tres días de los comicios generales.
Por Bruno Bimbi
Pedro Zerolo, activista gay y socialista, nacido en Venezuela y actualmente radicado en Madrid, fue bautizado por la prensa española como “el padre del matrimonio gay”. Y es que durante el debate de la reforma al Código Civil que puso a España en la lista de países donde las parejas formadas por personas del mismo sexo se pueden casar, Zerolo fue la principal espada mediática del gobierno y defendió la ley en cuanta tribuna tuvo a su alcance. Antes de ser elegido concejal y miembro de la Ejecutiva Nacional de PSOE, Zerolo había participado en la fundación de una federación estatal que agrupó a organizaciones de lesbianas, gays, bisexuales y trans de toda España, la Felgt, de la que fue luego presidente.
Conocido en España y fuera de ella, Zerolo habla hasta por los codos del otro lado de la línea. Ante cada pregunta dispara una batería de argumentos. A escasos días de las elecciones generales de este domingo, que definirán el futuro político de España, Zerolo pide el voto por su amigo José Luis Rodríguez Zapatero, de quien alguna vez dijo que lo ha hecho llorar incluso más que su marido, Jesús Santos, con quien contrajo matrimonio luego de la sanción de la ley que ayudó a conquistar.
–¿Cómo calificarías, como activista gay, al gobierno de Zapatero?
–Como activista gay, y como socialista, creo que la presidencia de Zapatero ha sido una época que apenas lográbamos vislumbrar. ¿Quién hubiera dicho en la España del 2000, cuando Zapatero fue elegido como líder del PSOE, que sólo cinco años después España haría historia poniéndose a la vanguardia mundial en políticas de igualdad, políticas con perspectivas de género, ampliación de derechos, y que nos convertiríamos en un referente en el ámbito europeo e iberoamericano? En esta Legislatura conseguimos la ley de igualdad entre hombres y mujeres, la ley contra la violencia de género, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la ley de identidad de género. El triunfo es doble por la importancia simbólica de haberlo logrado en España, que con los 8 años de gobierno del PP era un país modelo de conservadurismo e influencia de la jerarquía católica. Zapatero ha hecho historia en España y en la izquierda mundial, y la va a seguir haciendo. Es el presidente más valiente que ha tenido España.
–¿Cuál es la importancia de un triunfo electoral de Zapatero para gays, lesbianas y transexuales?
–Es necesario revalidar en las urnas las políticas progresistas de Zapatero, para lanzar a la derecha el mensaje de que nuestros avances son irrevocables y la sociedad no tolerará un retroceso. Es fundamental para consolidar lo ya logrado con el aval electoral mayoritario, y lo es también para autorizar al presidente a continuar con políticas valientes de progreso y modernidad. Se trata de Zapatero o la vuelta de aquellos que no quieren que nada cambie, que proponen en su programa recortar derechos en lugar de ampliarlos, algo que ningún partido había hecho nunca en la historia democrática española.
–¿Qué otras reformas pendientes a favor de este colectivo forman parte de las propuestas actuales del PSOE?
–Tras reformas legislativas revolucionarias que conllevan un cambio social profundo, queremos seguir avanzando hacia el objetivo de la igualdad efectiva de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Para ello apostaremos fuerte por un enfoque transversal, igualitario, con perspectiva de género y antidiscriminatorio, con un plan específico y una ley integral armonizada con los objetivos y recomendaciones de la Unión Europea respecto a la igualdad de trato y oportunidades para todas las personas en el empleo. Ampliaremos esta protección al acceso a bienes y servicios, y la protección legal y efectiva contra la discriminación. Esta ley incluirá también cualquier tipo de discriminación basado en el origen racial o étnico, la edad, las convicciones y creencias religiosas porque para combatir la homofobia y la transfobia debemos utilizar los mismos instrumentos que para combatir el racismo, el machismo o la xenofobia.
–Si Mariano Rajoy ganara las elecciones, ¿los derechos conquistados por gays, lesbianas y transexuales corren riesgo de ser abolidos?
–Absolutamente. El actual discurso del PP es un peligro para los derechos de homosexuales y transexuales, y eso ha sido percibido por el colectivo y el resto de la sociedad. Las consecuencias electorales las veremos el 9 de marzo. No podemos olvidar que una reciente encuesta del diario conservador español ABC señalaba que el 70 por ciento de los españoles apoya que se mantenga el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. El PP sólo atiende en su programa a una minoría radical y conservadora de la sociedad española. De todas formas el PP tendría un serio problema: muchos militantes y cargos públicos de este partido se están casando ya por la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, y ésta es la verdadera hipocresía del PP. Nosotros hacemos las leyes y ellos las usan.
–¿Qué opinás acerca de la participación de la Iglesia Católica en la campaña electoral española?
–Del mismo modo que la Iglesia no consentiría que el gobierno se inmiscuyera en el catecismo, el gobierno no va a tolerar la intromisión de la cúpula de la Iglesia en la leyes civiles. La Iglesia ha salido a la calle en manifestaciones contra el gobierno, en un claro matrimonio de conveniencia con los obispos más integristas y eso sienta un gravísimo precedente que justifica la necesidad de revisar las relaciones entre la Iglesia y el Estado que ha defendido nuestro presidente: ponerle “los puntos sobre las íes” a los obispos. La Conferencia Episcopal no es un partido político, y si quieren hacer política tendrían que presentarse a las elecciones, y de manera abierta, no respaldando desde la penumbra al Partido Popular a cambio de que se someta a sus directrices. La democracia no funciona así, el Estado es aconfesional y nuestro partido y gobierno son laicos.
–¿Crees que la relación de España con América latina, y en particular con la Argentina, cambiaría con un gobierno del PP?
–Como ejemplo del gran cambio del que les hablaba antes están las relaciones con los países latinoamericanos. De una especie de neocolonialismo económico e imperialismo gubernamental propiciado por el PP junto a la alianza con el unilateralismo estadounidense de Bush, hemos pasado a un impulso multilateral de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, a una gestión políticamente inteligente y socialmente responsable de las migraciones y al refuerzo de la cooperación en múltiples campos: desarrollo, relaciones internacionales, investigación y educación. Más allá de la sintonía evidente entre los actuales gobiernos de ambos países, el retorno del PP al gobierno supondría la relegación de la política iberoamericana a un plano subordinado y asimétrico, y a la consideración de Argentina como un granero de votos de emigrantes españoles capturables para elecciones municipales, autonómicas y generales. Por ponerte ejemplos concretos de lo logrado en esta Legislatura, mencionaré la Secretaría de Estado para Iberoamérica, que ocupa Trinidad Jiménez, o la nueva regulación del acceso a la nacionalidad que permite a hijos y nietos de emigrantes la adquisición de la nacionalidad. El PP no hizo nada parecido durante su gestión ni incluye nada semejante en su programa electoral. Definitivamente, las relaciones hispano-argentinas son mejores con el PSOE en el gobierno, y lo son también con todos los países latinoamericanos. Lo son porque el gobierno de Zapatero ha sabido colocar a España como un país más en el conjunto de los países latinoamericanos, sin prepotencias ni imposiciones.
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