SOCIEDAD › LOS POLICIAS DEL CASO DUFFAU CON PEDIDO DE ARRESTO

Seis detenciones en veremos

El fiscal que investiga el caso solicitó la detención de seis bonaerenses de la 2ª de Ramos Mejía. Pero el juez Carlos Blanco se tomará cinco días para resolver. Una nueva autopsia fue determinante y echó por tierra la versión policial del accidente.

 Por Horacio Cecchi

El fiscal de La Matanza Guillermo Bordenave pidió la detención de seis policías de la segunda de La Matanza por torturas seguidas de muerte de Gastón Duffau, luego de una reautopsia que reveló las bizarras y sugerentes incongruencias de la primera pericia y demostró que el joven de 34 años había sido ferozmente apaleado. Pero pedir no es realizar. El juez de Garantías Carlos Blanco respondió que se tomará cinco días para resolver. En ese tiempo, a menos que todo se trate en absoluto hermetismo, las garantías corren para los acusados, máxime si detrás tienen un delito comprobado con la autopsia y con condena a perpetua. Del hermetismo, nada. Ayer por la tarde, a los cinco minutos de haber recibido la respuesta dilatoria del juez, Mathias Valdez Duffau, primo de la víctima y abogado querellante-si-lo-dejan, se enteró de que el pedido ya se había filtrado a los medios. Para colmo, a 12 días del crimen, Blanco aún no reconoce al hermano de Gastón, Mariano, como particular damnificado, con lo que Duffau no puede ver la causa ni pedir ni querellar, pese a haber presentado DNI y partida de nacimiento. En un gesto de magnanimidad procesal, ayer Blanco pidió alguna foto de los dos hermanos juntos para ver si de esa forma podía reconocerlo. Duffau entregó dos. Una, de cuando tenían menos de diez años. El juez dijo “démela, puede servir” y garantizó que se tomaría el mismo tiempo, cinco días, para resolver. La balanza de la Justicia es equilibrada.

La reautopsia del cuerpo de Gastón Duffau se realizó el martes pasado, y demandó tres horas cuarenta minutos. Por orden de la procuradora general de la Suprema Corte, María del Carmen Falbo, se realizó fuera del registro de La Matanza y de la Bonaerense: en la morgue de los Tribunales de Lomas de Zamora. Y a cargo quedaron el director de la Morgue del Poder Judicial de Lomas de Zamora, Alfredo Romero, y el médico forense de la misma jurisdicción, César Adrián Rodríguez Paquete. La preocupación de Falbo fue tal que al lugar sólo tuvieron acceso los dos forenses mencionados y el fiscal Bordenave. Pero, por si fuera poco, envió como observadora a una representante de la Asesoría Pericial de la Procuración, la forense Virginia Creimer.

La reautopsia fue definitiva. Determinó, por un lado, que no existían rastros de fractura cervical. La autopsia policial había dicho que Gastón murió por fractura cervical en un accidente.

También encontró más de medio centenar de lesiones compatibles con “golpes de puño, bastón, rodillas, puntapiés, etc.”, que no fueron mencionadas en la autopsia anterior. Confirmó además las marcas de las esposas que, por supuesto la versión policial ni mu.

“La cara la tenía absolutamente desfigurada, pero la pericia anterior sólo dice que tenía algún hematoma superficial”, confió el investigador. La comparación entre ambas autopsias arrojó resultados tan bizarros que los presentes en la reautopsia llegaron a dudar que el primer estudio hubiera sido realizado por un médico. De hecho, el sello es ilegible y la firma no revela el nombre.

Este diario anticipó que la versión policial hacía agua sin llover. El martes pasado se fue a pique definitivamente: según la policía, Gastón Duffau había sido atropellado entre el lunes 18 y el jueves 21 de febrero. Sufrió fractura de cuello, costillas y heridas en el cráneo, que soportó durante dos a cinco días. Pero antes de morir, el sábado 23, pretendió asaltar el McDonald’s de Rivadavia al 14.300, y luchó con el guardia hasta que llegó la policía. Después apareció muerto vaya a saber cómo.

Ante semejante panorama, la reautopsia era definitiva. Si se saldaba en terreno neutral, habría demasiados elementos para que Bordenave pidiera la detención de todos los que estuvieron dando vueltas alrededor.

Esto lo sabían en la Bonaerense. Una situación curiosa se produjo en las puertas de la sala.

El martes, a las 17, unos minutos antes de que los doctores Romero y Rodríguez Paquete iniciaran la reautopsia, golpearon la puerta de la sala: era un forense enviado como perito de parte por el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli. Bordenave, a cargo del escenario, miró la lista y mandó a decir que en la autopsia no había partes y rechazó el ingreso. Al rato, Stornelli redobló la apuesta y envió un equipo de Asuntos Internos de la Bonaerense, portadores de una nota en términos “poco amigables”, según confió una fuente, para permitir el ingreso del perito de parte de la policía.

Pero Bordenave tallaba con la orden de clausura de Falbo, se acomodó la corbata, tosió y volvió a rechazar el ingreso. El argumento tiene sus fundamentos: aún no había acusados.

Ayer, dos días después de haber sido rechazado de la autopsia y luego de que trascendieran los pedidos de detención, el Ministerio de Stornelli envió a la prensa un comunicado titulado “Caso Duffau: el Ministerio de Seguridad informa que se tomaron todas las medidas que le corresponden a esta cartera”. En él, sostiene que los policías fueron pasados a disponibilidad. La participación en el caso de Asuntos Internos se supone, dado el relato anterior, será defensista.

Entretanto, los Duffau siguen golpeando puertas. Ayer, se presentaron ante el Ministerio de Justicia nacional para pedir protección para Mariano. “Vive en Capital y hay seis locos armados sueltos”, dijo Valdez Duffau.

Poco antes, a las tres de la tarde, se habían presentado ante el juez Blanco pidiendo entrar en la causa como parte. Mariano ya había presentado DNI y partida de nacimiento. “No alcanza”, les dijo Blanco. “¿Qué más hace falta doctor, una foto con mi hermano?”, dijo Mariano y le mostró dos, una de ellas cuando tenían cinco o seis años. “A ver, por qué no me las deja, por ahí sirven”, respondió Blanco. Los dos fueron a hacer fotocopias de las fotos a la vuelta de los Tribunales de San Justo. A la vuelta se enteraron de que los pedidos de detención ya se habían filtrado.

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Mariano y Gastón (der.) caminando por Palermo, en diciembre.
 
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