“Acá el día está oscuro y gris; el viento trajo otra vez las cenizas del volcán al pueblo”, describió a Página/12 Irma García, un ama de casa chilena de 58 años, que vive junto a su marido en la pequeña localidad fronteriza de Trevelin, a 22 kilómetros al sur de Esquel, en Chubut, cubierta ayer nuevamente por una nube grisácea. Lo mismo ocurrió después en Esquel y en otras localidades vecinas. Al otro lado de la cordillera de los Andes, las autoridades chilenas advirtieron que las erupciones del volcán Chaitén podrían prolongarse durante varios meses. Frente a ese panorama, la mayoría de los cinco mil habitantes de la localidad –ubicada a 10 kilómetros de la zona de erupción– permanecen evacuados en ciudades cercanas.

El volcán –un macizo de unos 1000 metros de altura, ubicado a unos 1200 kilómetros al sur de Santiago– permanecía ayer desprendiendo cenizas volcánicas. “No existe un registro histórico acerca de este volcán y, por lo mismo, no podemos saber si la emisión de cenizas se va a mantener por semanas o meses”, señaló el ministro del Interior de Chile, Edmundo Pérez Yoma. En tanto, la Oficina Nacional de Emergencias de ese país indicó que “la evolución del volcán es incierta, por lo que no es posible saber cuándo podrán regresar los pobladores evacuados a sus hogares”.

Alrededor de las 15, una nube gris comenzó a oscurecer de a poco el poblado de Trevelin. Allí viven los descendientes de los primeros colonos galeses que se establecieron en la zona a fines del siglo XIX. Minutos después “se hizo de noche y una llovizna continua cubrió todo”, relató a este diario Julio Ramírez, de 57 años y capataz de obras públicas de la municipalidad de Trevelin. El vecino recordó que hace 17 años las cenizas del volcán Hudson “causaban también el mismo fenómeno de oscurecer el día y cubrirlo todo”. A unos 160 kilómetros al sudeste de Esquel, una densa capa gris, también, cubrió la localidad de Gobernador Costas. En Sierra Colorada, Cerro Centinela, Lago Rosario y Corcovado, en Chubut, también se precipitó la ceniza.

Ante la emergencia, el gobierno de Chubut dispuso el reparto de agua mineral en la región. “Lo que pasa es que el agua que se toma de los arroyos para su potabilización está intratable por las partículas, que son como una especie de talco que es imposible filtrar; por eso se reparte agua para el consumo y los barbijos se dan sólo a quien tiene algún problema respiratorio”, explicó Héctor Diez, intendente de Corcovado, un pueblo de dos mil habitantes.

En diálogo con Página/12, Evaristo León Melo, director general de Defensa Civil de Chubut, vaticinó que “las lluvias de cenizas van perdurar varios días o semanas, dado que depende de la actividad del volcán y de las corrientes de viento que traen esas nubes hacia esta zona”.

En tanto, el subsecretario de Control y Fiscalización Ambiental y Prevención de la Contaminación, Raúl Vidable, precisó que “por ahora son cenizas solamente, pero no se descarta una actividad mayor”.

Mientras tanto, los trastornos persisten en los pueblos cercanos a la frontera con Chile. “Las cenizas irritan la garganta, la nariz y los ojos. Por eso, cuando salgo a comprar hago tramos cortos y me pongo una campera con capucha y un barbijo”, contó Rodrigo Pérez, de 30 años y empleado municipal de Trevelin. “¿Se consiguen barbijos?”, preguntó este diario. “Sí, pero antes estaban tres pesos en las farmacias y ahora cuestan hasta 15 pesos”, se quejó Irma, una vecina. “La ceniza que cayó el viernes pasado tenía olor a azufre, pero la que está cayendo ahora no tiene ningún olor”, acota Julio Ramírez. Por las dudas, el gobierno de Chubut informó que las cenizas no son tóxicas.

El gobierno provincial precisó que “no hay mayores reportes sobre nuevos casos de efectos de las cenizas sobre las personas”, puesto que “solamente se han atendido 180 casos de carácter leve, con irritación de ojos y garganta”. Asimismo indicó que “no se han registrado accidentes en las rutas como consecuencia del fenómeno”. En tanto, entidades ruralistas se mostraron preocupadas por las pérdidas en los cultivos y en las pasturas para animales debido al polvo volcánico depositado en los suelos.

Informe: Esteban Vera.