A partir de hoy, primer día de clases después de las vacaciones de invierno, los profesores de escuelas secundarias tanto públicas como privadas de la ciudad de Buenos Aires podrán aplicar apercibimientos orales o escritos. Así lo anunció ayer el ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski. El decreto reglamentario de la cartera educativa modifica la reglamentación de la Ley 223, que en 1999 abolió las amonestaciones. De esta manera, los docentes podrán sancionar a los alumnos sin la aprobación del Consejo de Convivencia, creado por la Ley 223. “Vamos a volver a la autoridad del docente, no puede seguir sucediendo que si un docente sancionaba los padres se quejaban”, dijo Narodowski. La medida no implica el regreso de las amonestaciones.

El decreto, además, modifica los Consejos de Convivencia. Ahora, el rector del establecimiento preside las reuniones, vota y desempata en caso de igualdad de opiniones. Antes sólo tenía voz. La conformación del Consejo se mantiene sin cambios para docentes y preceptores. Sin embargo, representantes de alumnos y padres deberán acreditar más de un año en la institución.

El Consejo seguirá aplicando las “sanciones graves”. Y resolverá por mayoría simple. Anteriormente, para las sanciones más duras requería los dos tercios de los votos de todos sus miembros. Hay quórum con la mitad más uno de sus miembros.

Voceros del Ministerio de Educación explicaron a este diario que las sanciones incluyen, según lo establece la Ley 223, además del apercibimiento, la suspensión, el cambio de división o el cambio de turno y la expulsión. Además, aclararon que “no vuelven las amonestaciones a las escuelas, ya que fueron eliminadas por la actual ley”.

Narodowski cuestionó que anteriormente los docentes solicitaban la sanción y el Consejo de Convivencia se reunía y expedía. “No hace falta burocracia para una sanción de la vida cotidiana”, señaló el ministro. Anticipó que tendrán carácter “acumulativo”. La reiteración de las sanciones implicará una sanción mayor.

De acuerdo con el nuevo plan, la discriminación o cualquier tipo de agresión física o verbal, así como las ofensas a los símbolos patrios o religiosos o las motivadas en cuestiones religiosas, étnicas, de género, nacionalidad u orientación sexual pasan a ser conductas inadmisibles en la escuela.

La flamante reglamentación prevé, además, la creación de “alternativas pedagógicas”, como el Consejo de Aula, integrado por el preceptor del curso, un profesor y un alumno; el Consejo de Profesores de Curso, formado por todos los docentes del curso, y el Consejo de Emergencia, presidido por el rector e integrado por un profesor, un alumno y un padre. “Todos estos consejos son convocados a criterio del rector”, explicó el ministro de Educación.

Por su parte, la Comisión de Educación de la Legislatura le pedirá al ministro Narodowski una reunión para que informe sobre los alcances de las nuevas facultades otorgadas a los docentes secundarios. El pedido para que el ministro concurra a la Legislatura fue acordado en la tarde de ayer durante una reunión de la comisión y fue propuesta por la diputada Gabriela Alegre, del bloque Diálogo por Buenos Aires. “Sería buena una exposición del ministro de Educación acerca de los cambios a los Consejos de Convivencia y de los lineamientos respecto de los términos disciplinarios”, señaló la legisladora.

El presidente de la Comisión de Educación, Enrique Olivera (Coalición Cívica), respaldó la iniciativa del macrismo. “Coincido con la necesidad de fortalecer la figura del docente para apuntalarlo en su ardua tarea cotidiana”, expresó Olivera.