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Los secuestros siguen arriba en el rating. Tanto que ayer, al tiempo que se conocía por fin una buena acción de la Policía Bonaerense, por la noche se publicitaba un nuevo caso, esta vez de La Matanza (ver aparte). De allí son, justamente, algunos de los seis secuestradores y las seis secuestradoras que cayeron tras espectaculares 23 allanamientos. Juan Pablo Cafiero le endilgó protagonismo a la supuesta banda en tres de los casos resonantes: Riquelme, Spelzini y Lobeto y en uno menos conocido. Y dijo que en los aguantaderos reventados había billetes marcados en el pago de esos secuestros. Los comisarios que salieron a hablar no abundaron en detalles –aunque uno dijo que había una voz como la que negoció el rescate de Christian Riquelme–. “No voy a dar información. Lo que se ha dicho es lo que se puede decir, no se puede perjudicar la investigación”, frenó en su requisitoria ayer a este diario el jefe del grupo antisecuestros. Luego el juez federal Roberto Marquevich, que investiga el rapto del hermano del futbolista, relativizó el nuevo acierto bonaerense escaldado por tantas detenciones que se han desinflado antes de los procesamientos.
Ayer fue Cafiero el primero que dio las novedades en una conferencia de prensa: el ministro de Seguridad señaló que “se ha secuestrado un automóvil Renault 19 que habría sido utilizado en el secuestro del empresario de Boulogne Diego Lobeto”. “También se encontró dinero proveniente de los secuestros mencionados antes, tanto en dólares como en billetes argentinos, y en la pericia de voces se ha descubierto también la conexión de alguno de los detenidos con el secuestro de Christian Riquelme”, completó. En cuanto a los billetes marcados, una fuente policial citada por la agencia Télam aseveró que “hay billetes marcados por la liberación del docente de Talar de Pacheco”. Y fue el comisario Degastaldi, de la DDI de San Isidro, al frente de varios de los allanamientos, quien confirmó que los detenidos formarían parte de “una banda absolutamente organizada” que tiene “relaciones con los últimos secuestros extorsivos” en la zona norte del conurbano.
Los procedimientos fueron realizados en la Ciudad de Buenos Aires y en los partidos de La Matanza, Morón, San Martín, Avellaneda y Zárate. En alguno de los lugares allanados la policía dijo que encontraron cantidades importantes de dinero, además de un costoso auto que fue entregado por los familiares de Lobeto como parte de pago por su rescate y un teléfono usado en el secuestro, quizá, dijeron, de él mismo. Degastaldi fue el encargado ayer, tras el anuncio del ministro antes de ingresar a la reunión del gabinete del gobernador Felipe Solá, de dar la información a la prensa. Lo señaló como un “paciente trabajo de inteligencia” basado en escuchas telefónicas, seguimiento de personas, filmaciones y tomas fotográficas. El comisario de la zona norte precisó que las detenciones se hicieron en allanamientos realizados entre ayer y hoy, y como Angel Casafuz, prefirió callar a la hora de los detalles sobre las pruebas que vincularían a los detenidos en los secuestros de Christian Riquelme, Diego Lobeto, el maestro Juan Carlos Spelzini y el empresario Claudio Stefanich “para no perjudicar la investigación”.
Con los billetes marcados y con el auto que habrían usado para pagar parte de uno de los rescates, Degastaldi se arriesgó ayer a afirmar que “seguramente” los presuntos integrantes de la organización tenían planeados otros secuestros extorsivos. “Por el ‘modus operandi’ de este tipo de delincuentes, es sabido que no tienen un solo objetivo sino que tienen varios alternativos”, dijo en el tren de las hipótesis. Otro de los investigadores resaltó que “entre los detenidos hay gente de mucha experiencia en casos de secuestros y otros que tienen muchos antecedentes penales”. Nada de eso esperanza al juez federal de San Isidro: “Le resto credibilidad, porque si hubiera algo verdadero en esto debería haberme enterado antes que usted y que los que lo están diciendo a todo el mundo esto como cierto”, le dijo a este diario. Lo cierto es que los juecesfederales no confían demasiado en las detenciones que desde que el delito del rapto extorsivo se puso de moda suele realizar la Policía en sus investigaciones. En la causa del hermano del ex jugador de Boca, Román Riquelme, acaso el más famoso de los secuestros de este año, el magistrado pudo procesar a 32 personas de las 80 que la policía detuvo en masivos allanamientos. Pero están procesados por tráfico de droga o tenencia o venta de armas. Ninguno está vinculado al secuestro.