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Una decena de plazas porteñas y más de treinta del conurbano y del interior del país se convertirán el sábado a partir de las 17 en escenario de un acontecimiento inédito en la Argentina: simultáneamente, especialistas en psicodrama invitarán a los vecinos a participar en los espacios públicos de un gran sociodrama colectivo para responder a las preguntas: “Qué puedo hacer por mí, qué puedo hacer por mi familia, qué puedo hacer por mi país”. “La idea es crear a través del psicodrama un lugar de expresión para pasar de la protesta a la propuesta”, explicó a Página/12 Dalmiro Manuel Bustos, uno de los pioneros del psicodrama en la Argentina y, junto con otros colegas, impulsor de la particular jornada. La convocatoria surgió en Buenos Aires, pero se diseminó velozmente por distintas localidades hasta llegar incluso a un campamento de alta montaña en Neuquén. También cruzó las fronteras del país y ese mismo día se repetirá en diversas ciudades de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, en geografías tan distintas como San Cristóbal de las Casas (Chiapas), Boston y Roma.
“Fue como encender un misil, sólo que en vez de destruir fue diseminándose con gran rapidez. De todos lados aparecieron profesionales dispuestos a comprometerse con al propuesta”, destacó Bustos, sorprendido por la explosión de respuestas positivas que obtuvieron en los escasos dos meses que llevan en la organización del megaevento. Se trata de un movimiento espontáneo, sin figuras convocantes. “Por el rechazo masivo que hay a todo lo institucional, no quisimos hacer una convocatoria gubernamental, pero así y todo los municipios nos están prestando su apoyo”, señaló el médico psicoterapeuta, fundador en la Argentina de la Escuela Jacob Levi Moreno, que lleva el nombre del creador mundial del psicodrama. La singular experiencia cuenta con el auspicio de la Secretaría de Descentralización y Participación Ciudadana del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el apoyo de diversas asambleas barriales. Pero la actividad no tiene pertenencia política ni unidad ideológica, aclaró Bustos.
La idea fue tomada de la jornada de psicodrama que organizó el año pasado en las calles de San Pablo la alcaldesa del Partido de los Trabajadores Marta Suplicy. Precisamente, la visita a la Sociedad Argentina de Psicodrama de la psicodramatista brasileña Marisa Nogueira Greeb, quien coordinó aquella experiencia de reflexión colectiva en el país vecino (ver aparte), fue el disparador de la movida que se realizará el sábado próximo, entre las 17 y las 19, simultáneamente en 10 plazas y parques de diversos barrios porteños (Almagro, Villa Crespo, La Boca, San Telmo, Parque Chacabuco, San Cristóbal, Palermo, Palermo Viejo, Saavedra y San Telmo), en 9 del conurbano (en Lomas de Zamora, Quilmes, Haedo, San Miguel, Avellaneda, Ituzaingo, San Isidro, Boulogne y José C. Paz), y más de una docena del interior de la provincia de Buenos Aires y de otras provincias como Neuquén, Santa Fe, Tucumán, Córdoba y Mendoza. En apoyo a la convocatoria argentina, el mismo día se llevará a cabo una experiencia similar en espacios públicos de Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Venezuela, El Salvador, México, Estados Unidos, Bélgica, España, Italia, Inglaterra y Holanda.
A la hora señalada, en cada plaza, en cada parque, un grupo de psicodramatistas invitarán a los vecinos que pasen por allí a ser protagonistas de un par de horas de sociodrama. Como los participantes son psicodramatistas de distinta formación, en cada lugar se aplicarán técnicas de terapia grupales diversas, desde psicodrama puramente moreneano hasta la construcción de fotos y estatuas vivientes y otras técnicas de juego, explicó a este diario el psicodramatista Claudio Ojeda. En el Parque Saavedra de la ciudad bonaerense de La Plata, por ejemplo, Diana Fainstein coordinará teatro de la espontaneidad.
“Escenas de un pueblo”, fue el nombre elegido para el evento en el que se buscará que quienes se involucren respondan a las preguntas: “Qué puedohacer yo por mí, por mi familia y por mi país”. “No queremos que sea un ámbito de protesta sino de expresión. Buscamos que cada uno se haga responsable de su rol activo. La protesta tiene mucho de bueno porque se sale de la pasividad, pero a la vez mucho de peligroso porque se busca al culpable afuera”, reflexionó Bustos. “Si bien diciembre fue un ciclo expansivo, ahora la gente está en un ciclo de repliegue, de movilización fragmentada. No hay mucha actividad de militancia colectiva y participativa. Con esta propuesta chiquita queremos rescatar la posibilidad de jugar, de jugar juntos, y jugando juntos, rescatar la posibilidad de hacer cosas, aunque sean pequeñas, por nosotros mismos”, comentó Ojeda.