Un adolescente de 18 años fue detenido ayer junto a otras nueve personas, y está imputado como autor material del crimen del gendarme Roberto Centeno, asesinado el miércoles de un tiro mientras se hallaba dentro de una garita de vigilancia en la periferia del barrio Ejército de los Andes, en Ciudadela Norte, conocido en la jerga policial como Fuerte Apache. Se secuestraron armas pero ninguna es la utilizada para cometer el homicidio. Una fuente policial vinculada directamente con la investigación confirmó a Páginai12 que el joven fue detenido en el marco de 18 allanamientos realizados ayer a las 5 de la madrugada en ese complejo habitacional. Las detenciones fueron consecuencia de un trabajo de inteligencia realizado en forma conjunta por la Policía Bonaerense, la Federal y la Gendarmería.

De acuerdo con el relato de un jefe policial de la Dirección Departamental de Investigaciones de San Martín, el acusado fue apresado en su casa, durante un procedimiento en la tira 24, primer piso, departamento 412 del barrio. “Hubo tareas de inteligencia, se hicieron observaciones y se recogieron testimonios que apuntaban a esta persona”, reveló el investigador.

Durante los allanamientos, de los cuales participaron unos 300 efectivos de la Policía Bonaerense, se secuestraron ocho armas de fuego, pero ninguna de ellas es del calibre utilizado para matar al gendarme. “Se incautaron revólveres calibre 38, pistolas 7.65, una escopeta recortada, pero ninguna de las armas es del calibre 9 milímetros”, indicó el jefe policial.

En los procedimientos fue secuestrado dinero y una importante cantidad de droga, mientras que fueron demoradas otras 45 personas que debieron ser trasladadas a comisarías del partido de Tres de Febrero para ser identificadas y, luego, recuperaron su libertad.

Los allanamientos fueron ordenados por el juez federal de San Martín Alberto Suárez Araujo, quien tiene a su cargo la causa por el crimen de Centeno, y que ahora será el encargado de interrogar a los detenidos. Por el momento, el chico de 18 años quedó imputado como autor material del crimen, en tanto que los otros nueve fueron apresados por estar “vinculados de alguna manera con el hecho, además de corroborarse otras infracciones, como tenencia de armas de guerra y de drogas. Las demás personas detenidas son todas mayores de edad y entre ellas hay tres mujeres. También se secuestraron drogas, precursores químicos y dinero en efectivo, entre otros elementos”.

“Todo indica que hubo una sola arma, un solo tirador, pero pudo haber actuado otra persona, como apoyo al autor del crimen”, dijo la fuente consultada por este diario. El detenido, agregan, tenía antecedentes por otros delitos. “No pertenece a una organización criminal sino a bandas desdobladas, que se conforman para cometer un delito y luego se desarman”, confió el investigador.

En los procedimientos participaron efectivos de la Jefatura Departamental, de la División Narcotráfico, de Investigaciones de San Martín, de la Distrital de Tres de Febrero, el Grupo Halcón, la División Aérea y de comisarías de la zona.

Centeno fue asesinado en la madrugada del miércoles, mientras estaba sentado en una de las 15 garitas que la Gendarmería tiene en el perímetro del barrio, llenando planillas administrativas. Según el jefe de la fuerza, Héctor Schenone, no es el primer caso de ataque a gendarmes en ese complejo de viviendas: “En los últimos cuatro años hubo otros tres hechos contra efectivos de la fuerza”, aunque sin resultados fatales, reveló.

La garita está ubicada en el cruce de las calles Ricchieri y San Ignacio, en la periferia de Fuerte Apache, y el balazo ingresó por uno de

los costados del puesto de vigilancia. El gendarme –de 28 años, casado y con dos hijos, uno de ellos recién nacido– recibió un tiro en el oído que le provocó la muerte en el acto. Los investigadores determinaron que el balazo fue disparado de una distancia de unos 40 metros y que quien lo hizo no tenía motivos para disparar. Un habitante del barrio dijo a la prensa, poco después del hecho, que el disparo había sido efectuado por un “pibito” que vive en el barrio, “por diversión”.

Los restos del gendarme asesinado fueron inhumados esta tarde durante una ceremonia de la que participaron unos 2000 efectivos de la fuerza en la ciudad cordobesa de Jesús María. El cuerpo del cabo fue velado hasta el mediodía y fue inhumado en el Panteón de Gendarmería, ubicado en el Cementerio de Jesús María, a 48 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Las palabras de despedida estuvieron a cargo de un gendarme de la Agrupación Metropolitana, destino en donde cumplía funciones Centeno en la provincia de Buenos Aires.

El ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, se manifestó indignado por el hecho. “Estoy absolutamente consternado y con una bronca fenomenal porque un pibe de 28 años, haciendo un parte adentro de la caseta, recibió un balazo en la oreja y le salió por la cara, lo mataron impunemente, ni siquiera fue un enfrentamiento”, dijo el ministro.