SOCIEDAD › HOY AMPLíA INDAGATORIA EL VIUDO SOSPECHADO DE HABER ORDENADO EL CRIMEN DE SU EX, ROSANA GALLIANO

Campana de segundo round para Arce

El viudo José Arce declara por segunda vez por el caso Galliano. El fiscal Pernisi debe decidir si pide que lo procesen. Un informe de criminalistas que figura en la causa señala al sospechado como un violento “compatible” con ordenar el crimen de su esposa.

 Por Raúl Kollmann

El ex marido de la asesinada Rosana Galliano, José Arce, tendrá hoy la última oportunidad de defenderse ante el fiscal Marcelo Pernisi. Temprano, Arce estará en Campana para afrontar la segunda parte de la indagatoria que empezó la semana pasada y en la que, según dicen en los tribunales de esa ciudad, habló mucho y dio pocas precisiones. En la causa judicial hay un extenso informe realizado por expertos, criminalistas y psiquiatras, en el que se concluye que Arce es un hombre violento, que su personalidad “es compatible” con la de alguien que manda a matar a su ex esposa y que, además, el análisis de las evidencias de la causa indica que Rosana no tenía enemigos fuera de su ex marido. Al finalizar la indagatoria, el fiscal Pernisi tendrá diez días para adoptar una posición definitiva ante el juez: o le pide que lo sobresea, algo que es difícil, pero no imposible, o pide que se lo procese por ser el instigador del homicidio de Rosana. Arce seguiría en libertad, pero la causa va a ir derechito al juicio oral.

Como se sabe, Rosana fue asesinada a balazos el 16 de enero del año pasado cuando respondía a una llamada de su ex marido. Arce no se comunicó con el teléfono de línea sino con el celular, pese a que sabía que en la vivienda de Exaltación de la Cruz Rosana no tenía señal dentro de la casa y tenía que salir a la galería para escuchar. En el preciso momento en que salió al exterior, le dispararon. Arce niega que esa sea una prueba en su contra: “Hay días en que la llamaba varias veces y algunas al celular. Lo de ese día fue una casualidad”, argumenta.

Para el informe entregado por los expertos al fiscal Pernisi, lo que ocurrió no fue una casualidad. Arce exhibía a cada momento su furia, al punto que consta en el expediente un informe forense sobre distintas lesiones que le produjo a su esposa. Rosana lo denunció por agresión el 28 de diciembre de 2005, el 19 de junio de 2006 y el 27 de junio de 2007. Los médicos señalan que Rosana tenía un hematoma de dos centímetros por cinco “producto de choque o golpe con un elemento de superficie dura y rugosa, escoriación en dorso de ambas manos que data de uno a tres días, producto también de golpes con superficie dura y rugosa”. Por estas agresiones, Arce fue judicialmente excluido del hogar.

Pero en el informe de los criminalistas se sostiene, además, que la hipótesis más sólida del homicidio sería la autoría de Arce. Rosana estaba en pleno proceso de divorcio, lo que hubiera significado una partición de bienes que Arce no parecía aceptar, también se hubiera quedado con la tenencia de los dos chicos y la libertad para rehacer su vida. Esto es lo que efectivamente ocurrió: Arce hoy vive en la casa de Exaltación de la Cruz, la que ocupaba Rosana, con sus dos hijos y su madre. El desequilibrio del viudo, en vida de Rosana, se registra por ejemplo en un mensaje de voz que le dejó a su ex mujer en el celular: “¿Cómo no atendés el teléfono? La puta que te parió. ¿Le estás chupando la pija al negro? Puta asquerosa”. La dueña de un locutorio cercano, de apellido Nicoletti, declaró que Arce persiguió a Rosana para agredirla hasta el locutorio. Arce admite haber dejado aquel mensaje de voz, pero argumenta que “son cosas de un enojo del momento”.

El mayor argumento de Arce, asistido por su abogado, Ramiro Rúa, es que no estaba en el lugar cuando se produjo el asesinato. En ese momento, llevaba a su hijo Andrés al hospital por anginas. Lo curioso es que en la camioneta llevó a su empleado, Andrés Zaracho, pero éste declaró en la causa judicial afirmando que todo fue muy extraño, porque no sabe para qué fue llevado hasta el hospital. Arce alega que Zaracho debía estacionar el vehículo para que él se pudiera bajar rápidamente. En verdad, no se trataba de ninguna afección grave sino de anginas y el chico ya había sido llevado al médico unas horas antes. La sospecha es que Arce utilizó a Zaracho como testigo de su coartada.

Cuando a Arce le dijeron que a Rosana la habían asesinado, ni siquiera se lo comentó a Zaracho. Pidió un remise, mandó a su hijo y su empleado a su campo y ni siquiera fue a la casa de Exaltación de la Cruz. Se dirigió a la comisaría de Robles, donde ofreció entregar su celular como prueba de que no estaba en el lugar de los hechos.

Los abogados de la familia Galliano, Roberto Babington y Víctor Stinfale, insisten en que hubo una tentativa anterior de asesinato, el 14 de octubre de 2007, tres meses antes del homicidio. Dos encapuchados le cruzaron un auto a Rosana a metros del campo de Arce, en un lugar totalmente descampado en el que las calles ni siquiera tienen nombre. La chica, de 29 años, alcanzó a bajar, escapándose de los dos individuos. No existen antecedentes de un robo de autos en un lugar de esa naturaleza. Parece cantado que la estaban esperando. Arce trató de convencerla de que hiciera una denuncia liviana, sin hablar de armas.

En el expediente hubo una línea de investigación que no terminó de concretarse: el ejecutor habría sido un joven paraguayo, hijo de una ex empleada de Arce. Hubo algún vecino que vio pasar corriendo al asesino y que lo reconoció en alguna fotografía, pero después la pista quedó en la nada, porque la investigación realizada en Paraguay no arrojó elementos contundentes. Los abogados Babington y Stinfale sostienen que hasta coincidían las fechas de entrada y salida del país, pero lo cierto es que Pernisi no pudo probar quién fue el autor material del crimen.

En el primer tramo de la indagatoria, Arce tiró toda la responsabilidad sobre Rosana, su familia y alguna de las dos relaciones sentimentales que ella estableció después de separada. Es más, Arce habló de relaciones de la familia de Rosana con la venta de drogas, algo que está descartado en el informe de los expertos. Del otro lado, la familia de Rosana afirma que Arce se dedicaba a armar autos sobre la base de unidades robadas y recalcan que la madre del viudo, a cuyo nombre están las propiedades, tuvo influencia en lo ocurrido.

Después de la indagatoria, el fiscal Pernisi tiene que decidir qué camino recorre, si el del sobreseimiento o el de procesar a Arce por el homicidio de su ex mujer. La lógica indica que se inclinará por esta última alternativa y elevará la causa a juicio oral, sin Arce detenido. Ahí, en el juicio oral, se pondrán todas las pruebas sobre la mesa.

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Arce dice que no tiene nada que temer y está confiado en su inocencia. Hoy vuelve a declarar.
 
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