SOCIEDAD › LA MUJER QUE ESTá EN COMA VEGETATIVO HACE DIECISIETE AñOS, EN ITALIA

Muerte digna, último capítulo

Eluana Englaro fue trasladada ayer a la clínica donde le interrumpirán la alimentación artificial. Lo había pedido su familia y lo autorizó la Justicia, pero la Iglesia Católica se opone y el gobierno conservador lo había prohibido.

La italiana Eluana Englaro tiene 38 años y desde hace 17 está en estado de coma vegetativo. Su padre, Giuseppe, ha luchado una década entera para que reciba una muerte digna y consiguió una sentencia favorable del Tribunal Supremo de Italia a fines de 2008. Ayer, la mujer llegó en una ambulancia a la clínica La Quiete, en Udine, donde en los próximos días será desconectada de la sonda alimenticia. Eltraslado fue el principio del fin de un debate en el que se enfrentaron sectores conservadores y la Iglesia Católica con quienes piden que se respete la decisión de la familia de la joven de aplicar la eutanasia.

El viaje de ida comenzó en la clínica Lecco, cerca de Milán, donde Englaro pasó los últimos días atendida por monjas mientras se decidía en qué lugar iba a ser desconectada. En las puertas de ese sanatorio se reunió un grupo de manifestantes del Movimiento a favor de la Vida que protestó contra el traslado e incluso intentó detener la ambulancia. El centro médico La Quiete decidió atender el caso hace algunas semanas: explicaron que Englaro no será desconectada de inmediato, sino que esperarán tres días hasta que un equipo de voluntarios le retire, de manera progresiva, la alimentación e hidratación asistida. Según los médicos, Eluana puede tardar quince días en morir.

La Quiete es una casa de cuidados para ancianos financiada por el Ayuntamiento de Udine, que se animó a cumplir con la sentencia del Tribunal Supremo, pese a la circular del Ministerio de Sanidad del pasado 17 de diciembre, en la que se prohibía a cualquier centro médico público o privado interrumpir la alimentación a pacientes en estado vegetativo. Los voluntarios depositaron en los juzgados de Udine un protocolo médico detallado en el que se explica cómo se procederá para evitar posibles denuncias. Eluana fue alojada en el departamento de los enfermos de Alzheimer y diez hombres vigilan su “privacidad”.

La primera sentencia favorable para la familia de la joven llegó en julio de 2008, cuando el Tribunal de Apelación de Milán dictaminó que se podía retirar la sonda que mantiene con vida a Eluana y en noviembre el Tribunal Supremo ratificó este fallo, el primero en Italia, que sentó importante precedente jurídico. Entre las adhesiones que recibieron los voluntarios figuran la de Anna Finocchiaro, líder opositora al frente del Partido Demócrata (PD), quien pidió “silencio y respeto ante el dolor inmenso” de los familiares de Eluana. También el presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, pidió respetar la decisión de los padres.

El responsable del equipo de voluntarios, Amato De Monte, admitió en una entrevista televisiva que se encuentra “devastado como hombre, como padre, como médico y como ciudadano”, pero sus sentimientos, afirmó, “pasan a un segundo plano ante el dolor de la familia Englaro”. De Monte, que dirige el departamento de anestesia del hospital Santa María de la Misericordia de Udine, también declaró que “Eluana no sufrirá porque está muerta desde hace 17 años”. Esta frase dio pie a una contrapropuesta de quienes se oponen a la eutanasia.

El presidente de la sociedad médica interdisciplinaria Prometeo Galileo, Luca Puccetti, pidió en “nombre de la ciencia” que se “monitoree la actividad cerebral de Eluana Englaro en el momento en que se le interrumpa la alimentación y la hidratación mediante una resonancia magnética funcional”. Puccetti estimó que ésta es la única forma de “saber si sufre cuando le desconecten la sonda”. Mientras tanto en el Vaticano, el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, cuyo cargo es un equivalente al “ministro de Sanidad”, exigió detener “la mano asesina” que desconectará a Eluana. En Roma, simpatizantes de la asociación Pueblo de la Vida consideraron que ésta es la primera ejecución capital de la historia de Italia y pidieron a los romanos que enciendan una vela y la coloquen en sus ventanas para evitar que “se apague la esperanza de la vida”.

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La clínica La Quiete, en Udine, adonde fue trasladada ayer Eluana, para ser desconectada por voluntarios.
Imagen: EFE
 
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