SOCIEDAD › EL HOMBRE, QUE LUEGO SE SUICIDó, TENíA UNA LISTA CON SUS VíCTIMAS

Otra masacre, en Alabama, con diez muertos

El hombre que durante la noche del martes pasado mató a diez personas en dos localidades rurales de Alabama, en el sudeste de Estados Unidos, y luego se suicidó, tenía una lista de sus víctimas. Según divulgó ayer el fiscal Gary McAliley, la nómina estaba escrita en un papel y contenía los nombres de quienes “le habían hecho daño”. Michael McLendon, de 28 años, asesinó a varios miembros de su familia y la de un policía. Luego fue por sus compañeros de trabajo, aunque no tuvo éxito. McLendon iba armado de un rifle de asalto AK-47 y otras dos armas automáticas con las que, en sólo una hora, disparó más de 200 veces.

Robert Preacher, uno de los investigadores del caso, indicó ayer que el hombre “comenzó quemando la casa de su madre”, Lisa McLendon, cuyo cadáver fue hallado dentro de la vivienda, en un pueblo llamado Kingston. Luego condujo hasta un poblado vecino, Samson, donde asesinó a su abuela, su tío, a dos primos y a otras dos personas que vivían en una vivienda contigua. Un testigo le dijo a la policía que sus familiares estaban sentados en la terraza delantera de la vivienda cuando McLendon bajó de su auto y comenzó a dispararles. “No tuvieron tiempo a reaccionar”, aseguró Preacher.

Tras estos asesinatos, McLendon se subió a su auto y condujo a través de ese pequeño pueblo rural, donde mató a otras tres personas, entre ellas a la esposa y una de las hijas del policía Josh Myers, y también hirió en la pierna a la hija menor de Myers, de tres meses de edad. Sin saberlo, poco después Myers se tiroteó con el asesino de su familia. Es que el objetivo de McLendon era llegar a la fábrica donde había trabajado.

“Creemos que estaba tratando de matar a unos tipos de la fábrica Reliable Metal Products. Encontramos una lista con nombres de personas que habían trabajado con él, gente que le había hecho daño”, confió ayer el fiscal McAliley. Para ello condujo 18 kilómetros con la policía detrás, persiguiéndolo. Al llegar al estacionamiento de la fábrica intercambió varios disparos con la policía, y luego ingresó al edificio desde donde siguió la balacera. “Una bala tocó al jefe de policía de Geneva, que se salvó de recibir una herida grave gracias a su chaleco antibalas”, subrayaron ayer desde el Departamento de Seguridad Pública estadounidense.

Aunque el martes no estaba claro si la muerte del agresor se debió al accionar policial, el comunicado citado aclaró: “El individuo ingresó a la fábrica. Después de unos minutos se escucharon más balazos adentro y los oficiales luego lo encontraron muerto, por lo cual creemos que se disparó a sí mismo”. El raíd criminal incluyó a dos condados rurales y tres pueblos. Por eso ayer desde la oficina de Investigaciones de Alabama informaron que las tareas forenses se habían repartido entre al menos seis escenas distintas del crimen.

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Entre las víctimas fatales hubo niños.
Imagen: EFE
 
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