SOCIEDAD
El viaje de egresados que terminó en una aventura de supervivencia
Por un conflicto gremial en la empresa Río, unos 1200 chicos se quedaron sin comida ni limpieza en el hotel. La Secretaría de Turismo envió a un funcionario para solucionar el problema.
El tradicional viaje de egresados a Bariloche, destino de alrededor de 140 mil estudiantes cada año, se convirtió en los últimos días en una aventura de supervivencia para cerca de 1200 chicos que sufrieron la retención de servicios a raíz de un conflicto gremial en la empresa Río Estudiantil. En reclamo de sueldos atrasados, entre otras demandas, el personal del hotel Ausonia I abandonó las tareas de limpieza y cocina por lo que los estudiantes se quedaron sin comida y “para no soportar la mugre”, sacaron los colchones a los pasillos y durmieron allí. El conflicto está aún lejos de ser resuelto y ayer, tras una insistente presión de los jóvenes, la empresa les dio un almuerzo que para la mayoría llegó recién después de las 17. Anoche, el subsecretario de Turismo de la Nación, Germán Pérez, viajó a Bariloche para auditar en el conflicto.
El conflicto comenzó una semana atrás, un día después de la fecha en que se cumplía el plazo de un acuerdo salarial firmado el 18 de octubre, en el que la empresa se comprometía a regularizar el pago de salarios, atrasado desde setiembre. Como Río no cumplió, los trabajadores, con alrededor de un 95 por ciento de acatamiento en el Hotel Ausonia I, comenzaron la medida de fuerza en la mañana de ayer. A raíz de esto, los 900 estudiantes alojados en este hotel, uno de los más grandes de la empresa, pasaron dos días sin que se les diera el servicio de comida por el que habían pagado. “Cansados de dormir en habitaciones que fueron limpiadas dos veces en una semana”, según protestaron, prefirieron dormir en los pasillos.
“Hace dos días que comemos mal y tenemos que esperar varias horas para tener un Paty”, relataron Alberto y Carlos, dos chicos del colegio Mariano Moreno, de esa localidad bonaerense. En tanto, alumnos de una escuela de Santiago del Estero que ayer terminaron su estadía, protestaron: “Es un desastre. La comida es malísima, ayer fuimos a un bar y pagamos nosotros. Nos arruinaron el viaje que estamos pagando desde hace cuatro años”. La mayoría de los estudiantes afectados son de Buenos Aires y algunos grupos de San Juan, Córdoba y Santiago del Estero.
Ante el descontrol, en muchos casos los coordinadores se pusieron a trabajar en las tareas de cocina aunque también cuidaron que los chicos no divulgaran las condiciones reales en las que estaban alojados. La circulación de los contingentes no fue afectada y ayer, aunque con demoras en muchos casos, varios grupos iniciaron el regreso, mientras que dos nuevos micros de Río arribaron a Bariloche con estudiantes que habían contratado el Ausonia I, pero que finalmente fueron trasladados al Hotel Interlaken, otro de los seis que la empresa posee en esta ciudad.
El conflicto, manejado gremialmente por el sindicato gastronómico, tiene relación con dos empresas. La más complicada es Transportes Automotores Río S.A. que está en quiebra, y Río Estudiantil, íntimamente ligada a ésta y la que contrataron los jóvenes. En la tarde de ayer, después de varias horas durante las que no dio respuestas, la empresa difundió un comunicado en el que reconoció el conflicto gremial y los desajustes que podía provocar en el servicio, pero desmintió que la empresa no estuviera cumpliendo con los contratos. Además de los salarios atrasados, el reclamo de los 150 trabajadores en conflicto es por el pago del aumento de 100 pesos decretados a nivel nacional y el atraso en las cargas sociales.
Las autoridades de Bariloche, ante la imposibilidad de manejar la situación, comenzaron ayer mismo a hacer gestiones a nivel nacional. La presidenta del Consejo Municipal de Bariloche, Graciela Di Biase, envió una comunicación urgente al secretario de Turismo de la Nación, Daniel Scioli, en la que pidió que enviara a alguien para apurar la resolución del conflicto y profundizar la fiscalización sobre el turismo estudiantil.