Jueves, 21 de mayo de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › POR PRIMERA VEZ DECLARARON LOS MúSICOS DE CALLEJEROS
Patricio Santos Fontanet, líder del grupo, se limitó a leer su declaración. Todos aseguraron que no promovieron el uso de bengalas y que también fueron víctimas de la tragedia.
Los músicos de Callejeros declararon ayer por primera vez en el juicio por la tragedia de Cromañón y se declararon inocentes. Patricio Santos Fontanet, líder y cantante del grupo, se limitó a leer su declaración, breve, ante el Tribunal Oral en lo Criminal 24. “Yo pensé que esa iba a ser una noche inolvidable, pero mi novia falleció y a mi mamá se le quemó el 40 por ciento del cuerpo. ¿Cómo voy a exponer a la gente que yo quería a semejante desastre?”, dijo. Luego aclaró que siempre fue “músico y artista”, pero nunca productor ni empresario. “Y menos inspector, policía o bombero”, como para conocer de habilitaciones de locales bailables. La declaración de sus compañeros fue en el mismo sentido, de manera que Callejeros intentó desvincularse de su presunta responsabilidad en la muerte de 194 personas. Más aún, trataron de convencer a los jueces de que ellos también habían sido víctimas de la tragedia.
Según la acusación fiscal, los músicos co-organizaron con Omar Chabán, el ex gerenciador de Cromañón, el recital que la banda ofreció la noche del 30 de diciembre de 2004. También se les endilga no haber realizado un control en la entrada del local que le impidiera al público de la banda ingresar al lugar con pirotecnia, lo cual fue afirmado por gran cantidad de testigos. Incluso, algunos acusaron a la madre de Fontanet de repartir bengalas dentro del local poco antes del inicio del show, interrumpido luego cuando una candela comenzó a incendiar la media sombra que cubría el techo y se desató el incendio.
“Los chicos nunca recibieron un mensaje de mi parte sobre el uso de bengalas y nuestras familias nunca ingresaron pirotecnia”, dijo al respecto Fontanet en los dos minutos que duró su declaración. A su turno, el baterista de la banda, Eduardo Vázquez, insistió en la idea de que los integrantes de Callejeros fueron víctimas de la tragedia y no responsables. Recordó que su madre falleció aquella noche y contó que luego del ataque de pánico que sufrió por el sonido de las sirenas y los gritos, tuvo que ir de hospital en hospital, como un familiar más, hasta llegar a la morgue.
“A las 6 de la mañana fui a la morgue y estaba ahí. Como tenía un nombre difícil, la habían anotado mal. Un policía me abría todas las heladeras, me mostraba a la gente y me decía: ‘¿Es esta gorda?’”, recordó el baterista, desconsolado. Luego comentó que desde la tragedia se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico y psicológico y felicitó al tribunal por la “altura” con la que se lleva adelante el juicio. “Yo pido que me dejen en paz, tranquilo, no somos máquinas. Cromañón destrozó parte de nuestras personas y confío en que nos podamos recuperar”, concluyó.
Juan Carbone, el saxofonista del grupo, fue el más alterado y locuaz de los miembros de Callejeros. El músico se refirió a la acusación de haber actuado intencionalmente, o con dolo, por permitir el ingreso de 3000 personas, cuando en realidad estaba habilitado para mil, y de haber elegido un lugar cuya única salida de emergencia estaba cerrada con un candado y alambre. “Es un pensamiento morboso, criminal, psicótico, de alguien desquiciado”, dijo sobre esa imputación, a la que calificó como “cháchara y pescado podrido”. “Me están diciendo que yo quise matar a mis amigos, a mi familia, a mis fans. ¿En qué cabeza entra eso?”, remató.
Carbone también se quejó de que Mario Díaz, uno de los encargados de Cromañón, no sea juzgado ya que él, según el saxofonista, sabía que la puerta de la salida de emergencia estaba cerrada y tenía la llave del candado en su poder. “Es increíble que no lo hayan procesado”, se quejó. Su compañero, el bajista Christian Torrejón, advirtió que luego de la tragedia el grupo terminó en “la clandestinidad” porque no los dejaban tocar. El guitarrista Elio Delgado habló poco, lo suficiente como para negar que Callejeros haya incentivado el uso de bengalas.
Ninguno de los músicos contestó preguntas. Ya lo había advertido el abogado del grupo, Manuel Gutiérrez: “Es inútil buscar más explicaciones, no están en condiciones psicológicas de contestar”, argumentó. Ayer, también declararon el escenógrafo Daniel Cardell y el manager del grupo, Diego Argañaraz. El primero desacreditó el proceso en su contra: “No entiendo por qué estoy involucrado en esto, porque yo sólo fui a poner un montaje escénico en un show musical”.
El manager, por su parte, se desligó del cualquier responsabilidad. Aseguró que sólo se encargaba de buscar los lugares para tocar, del sonido e incluso llegó a ir a pegar afiches en la calle. Luego, juró que nunca fomentó el uso de pirotecnia. “Si me representaba el hecho, ¿voy a poner a mi familia lo más cerca del techo posible?”, se preguntó en un momento. Su mujer y sus primos estaban en el sector vip y murieron durante el incendio.
Omar Chabán también declaró ayer, pero por última vez, luego de hacerlo en seis oportunidades. El ex gerenciador de Cromañón lloró e imploró piedad por ser también, según dijo, una víctima: “Ya de por sí mi vida se acabó, pero he pedido perdón y ojalá haya una reconciliación y un amor infinito”.
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