SOCIEDAD
Venter anuncia que va a crear otra forma de vida
El famoso científico norteamericano anunció que diseñará un nuevo organismo capaz de convertir materia prima en hidrógeno. Lo acompaña un Premio Nobel.
Por James Meek *
Desde Londres
Como corresponde a un hombre que declara haber quebrado el código genético de la humanidad usando sus propios genes como fuente, el científico norteamericano Craig Venter no es conocido precisamente por su modestia. Ayer se superó a sí mismo, lanzando un proyecto para crear, por primera vez, una nueva forma de vida en el laboratorio. Venter habló durante años de su sueño de diseñar y construir sus propias criaturas vivientes, para el que no ve ningún obstáculo científico práctico. Ayer, el sueño se hizo realidad cuando Venter anunció una donación del gobierno de Estados Unidos de tres millones de dólares. El objetivo es diseñar un nuevo organismo vivo capaz de convertir materias primas en hidrógeno para solucionar los problemas energéticos del mundo. Pero el éxito traería extraordinarias nuevas posibilidades a los científicos para alterar y aumentar el mundo natural, junto con difíciles cuestiones éticas, de seguridad y filosóficas sobre la naturaleza de la vida. El trabajo será llevado a cabo por el Instituto de Energías Alternativas Biológicas (IBEA) de Maryland.
Un genoma es una palabra colectiva para nombrar a un grupo de genes presentes en las células de un organismo. “Potencialmente podríamos fabricar un organismo con las cualidades ideales para manejar nuestros temas de energía”, dijo Venter. Hamilton Smith, un científico Premio Nobel, estará a cargo del trabajo de laboratorio. “Acabamos de comenzar lo que probablemente será un largo trabajo para tratar de crear un genoma sintético. Estoy convencido de que este proyecto puede tener éxito”, dijo. El programa no logra exactamente la prueba de Frankenstein de crear vida, como lo estableció el héroe de Mary Shelley. Lo que Venter y Smith planear lograr no es tanto la creación de la vida de la nada, sino la creación de una nueva forma de vida al tomar el genoma de una criatura existente. La humilde criatura en cuestión es el Mycoplasma genitalium, un organismo unicelular que se alberga en la zona genital humana. Es tan pequeño que sólo puede ser visto a través de un microscopio electrónico.
El plan es remover más de 200 de sus 517 genes de manera que se convierta, efectivamente, en una nueva clase de criatura, pero una que pueda vivir y reproducirse. El trabajo se basa en experimentos previos llevados a cabo sobre el Mycoplasma genitalium por Venter y sus colegas en la década de los ‘90, cuando metódicamente quitaron los genes del organismo uno por uno para descubrir el mínimo necesario para sobrevivir. Luego, él comisionó a un panel de ética que incluyó a un rabino y un sacerdote, presidido por Margaret Cho de la Universidad de Stanford de California, para estudiar si era correcto crear vida de esta manera. En 1999 concluyeron que sí lo era.
“No estoy tan preocupada porque el proyecto del genoma mínimo despegue y cree algún tipo de insecto monstruo, en parte porque tengo la sensación de que los científicos son conscientes de los posibles riesgos de lo que están haciendo”, le dijo Cho al Washington Post. Finalmente, otro organismo alterado puede ser utilizado para la generación de hidrógeno. Mientras tanto, para los humoristas, la idea de que el hombre soluciona su sed de petróleo y carbón usando un microorganismo que vive dentro de sus genitales tiene infinitas posibilidades. Pero el proyecto para crear la nueva forma de vida tiene profundas implicaciones científicas y sociales.
Una vez que los científicos descubrieron el mecanismo de la herencia y la reproducción, el guión químico en el que están escritos los genes, era inevitable que la curiosidad los llevara a tratar de descubrir que pasaría si lo alteraran. Como resultado, las modificaciones genéticas de las plantas y los animales se convirtió en un lugar común, pero un ratón al que se le quita un gen todavía es considerado un ratón.
Venter está llevando la investigación a una nueva fase, haciendo un organismo tan genéticamente alterado que, aunque esto seguramente es unjuicio subjetivo, probablemente sea considerado una nueva forma de vida. Aun si Venter y Smith tienen éxito, algunos científicos cuestionarán la validez de su logro, dado que la nueva forma de vida será una criatura débil y delicada, sin las habilidades adquiridas durante millones de años de evolución, e incapaz de vivir fuera de las condiciones del laboratorio.
Sin embargo, es improbable que cualquier nuevo organismo resulte una amenaza pública. Uno de los primeros genes que ellos borrarán es el que permite a M. genitalium que se adhiera a las células humanas. Venter dijo que creía que existía un riesgo al dar detalles peligrosos a los maliciosos. “Tendremos un debate sobre lo que debe ser publicado y lo que no”, dijo. “Quizás no demos a conocer todos los detalles que podrían enseñar a otros cómo hacer esto”.
* De The Guardian, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: C. Doyhambéhère.