Cristian Azcona fue asesinado ayer a la madrugada de un balazo. Tenía 13 años e intentó robar, con dos amigos, una pajarera que un vecino tenía en el patio de su casa de la periferia de Santa Rosa, en la provincia de La Pampa. Pero antes de hacerse con su botín, los chicos fueron sorprendidos por el dueño de casa y su mujer. Sin mediar palabra, el hombre sacó un arma, disparó varias veces y una de las balas terminó en el pecho de Cristian. Después, todo fue confuso: que una vecina llamó a la policía, que la ambulancia demoró mucho en llegar y cuando lo hizo trasladó al niño a un hospital que estaba a 6 kilómetros del lugar del crimen, que los pibes tenían antecedentes y que una de las hijas del victimario es compañera de escuela de la víctima.

Fue en la zona de Villa Parque, un barrio de casitas bajas de clase media trabajadora de la periferia sur de la capital pampeana. En el cruce de avenida Telén y Unanue viven los Ichous, Oscar, Marisa y sus tres hijos. Además de la vivienda, la familia es propietaria de dos comercios ubicados dentro del mismo terreno, en los laterales de la casa. Sobre Telén tienen un negocio de repuestos de autos y, sobre Unanue, un almacén. En la misma manzana, casi a 200 metros del lugar donde fue asesinado, Cristian vivía con su mamá, María Elena Lucero, su papá, Walter, y dos hermanos menores.

El viernes a la noche, el chico había dicho que se iba a dormir a la casa de uno de sus compañeros de octavo grado de la unidad educativa 9 de Santa Rosa. Pero, cerca de las tres, el trío de amigos subió a la medianera de la cochera de la familia Ichous. Después treparon al techo para saltar al patio interno de la vivienda, donde se encontraba la pajarera.

El jefe de la seccional sexta de Santa Rosa, comisario Víctor Piris, aseguró que “según el testimonio de los dos menores que acompañaban a la víctima, la intención era tomar sólo esa jaula del patio”. Pese a que no detalló los hechos, Piris agregó que “tanto el menor muerto como sus acompañantes son menores en conflicto con la ley, con varios hechos contra la propiedad en su haber”.

Mientras los adolescentes iban por los techos, ningún vecino o uniformado delató el delito juvenil. Tampoco se accionó alarma alguna. Sin embargo, la familia Ichous despertó y se asustó. El techo de chapa y las pisadas de los pibes fueron el combo perfecto para la tragedia. De acuerdo con el relato policial, Ichous padre buscó un arma y, acompañado por su mujer, salió al patio. Cuando Cristian intentó saltar del techo a la vereda “alguno de los dos” efectuó un disparo de pistola calibre 22, que impactó en el pecho del joven. Después, el matrimonio se resguardó en su vivienda.

Cruzando la avenida, una vecina escuchó gritos de dolor y llamó al 911. Mientras, los amigos de Cristian intentaban bajarlo del techo, llegó la policía al barrio Villa Parque. Casi 20 minutos más tarde, arribó a la escena una ambulancia. Aún con vida, Cristian fue trasladado al hospital Lucio Mola, que se encuentra a 6 kilómetros al norte de la esquina de Telén y Unanue. Allí el chico murió a raíz de la gran pérdida de sangre sufrida por el disparo.

Informe: Mariana Seghezzo.