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La jueza Elena Liberatori, quien autorizó esta semana el casamiento entre dos personas del mismo sexo, recibió ayer un “recurso de reposición” de esa medida, presentado por la fiscal María del Carmen Gioco, quien advirtió que si no se le da vista de la causa, apelará el fallo. No se trata estrictamente de una apelación, sino más bien de una intimación de usar este recurso si Liberatori no notifica a la fiscal.

Según la jueza, la intervención de la fiscalía no era necesaria porque en su resolución no tomó en cuenta el planteo de inconstitucionaldad del Código Civil hecho por los abogados de la pareja. La interposición de Gioco no sienta postura sobre la discusión de fondo. “No es admisible que, ante un planteo concreto y oportuno de inconstitucionalidad de una norma de alcance general incoado por una parte (la pareja), el juez decida no remitir la causa a esta sede, pues la decisión judicial sobre tal planteo debe necesariamente merituar el dictamen fiscal”, dice el escrito de Gioco. Su principal queja reside, según se desprende del texto –al que accedió Página/12—, en que al autorizar un matrimonio de dos personas del mismo sexo “se está afectando gravemente a los intereses generales de la sociedad y a la legalidad que este Ministerio Público Fiscal debe proteger”.

Sin embargo, una abogada de la pareja insistió en que los fiscales son garantes del debido proceso cuando éste puede ser afectado, por ejemplo al declararse inconstitucional una ley. “En tal caso deben tomar parte, pero esto no ocurrió”, dijo la letrada. De hecho, para la jueza, el pedido de la pareja no está contemplado en el Código Civil, pero tampoco está prohibido. “Todo aquello que no está prohibido taxativamente no puede ser negado”, concluyó Liberatori en su sentencia.

La fiscal Gioco repite varias veces que se enteró del fallo “informalmente” (por medios periodísticos) y reclama ejercer “el control de legalidad” del caso. En diálogo con este diario, una fuente judicial opinó: “Lo que pasó es que la jueza ninguneó a la fiscal”. Mientras tanto, la boda tiene que esperar.