Lunes, 22 de marzo de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › LA RECUPERACIóN DE UN ESPACIO PúBLICO CON GRAN PESO HISTóRICO
Después de años de degradación, los llamados Bosques de Ezeiza vienen siendo rescatados por el trabajo de diversas organizaciones sociales. Los domingos hay jornadas populares que terminan con un recital de Ignacio Copani.
Los resultados de las distintas cooperativas de trabajo emergen y explotan cada domingo en los famosos Bosques de Ezeiza. No sólo se está trabajando en la recuperación de ese espacio verde que durante años estuvo desprotegido, sino que allí se realiza un ciclo de jornadas culturales y de esparcimiento, en el que se revaloriza un lugar familiar que tiene su peso histórico. Las cooperativas desarrollan tareas de reforestación, construcción y reparación del espacio a partir de material reciclado, para convertir el bosque en un lugar de reencuentro popular. Todos los domingos, miles de personas disfrutan del producto de ese trabajo con talleres de recreación, juegos, espectáculos y la compañía permanente de una radio abierta. Para el cierre, cuando el sol comienza a caer, el recital del cantautor Ignacio Copani reúne a chicos y grandes en el centro del terreno.
De las 600 hectáreas que forman los bosques, 170 ya están recuperadas y en mantenimiento. De ese enorme espacio verde, abandonado principalmente durante los ’90, seis sectores ya retomaron el movimiento.
Las rondas de mates a la intemperie se hacen de a poco más grandes. Mientras, algunas familias terminan de disfrutar el asado de fin de semana y los más chicos se unen a los espacios naturales definidos para las actividades que, cada domingo desde las 11.30 hasta las 17, se practican en uno de los sectores del Centro Recreativo Nacional (Cerena) de los Bosques de Ezeiza, que tienen su entrada sobre el kilómetro 25 de la Autopista Ricchieri. En ese espacio de dos hectáreas, un grupo de 15 personas, entre ellos actores “multifuncionales”, encabezan todo tipo de espectáculos y “juegos que no tienen un fin competitivo, sino que promueven el carácter cooperativo en donde se rescata el valor de ‘jugar’”, explicó sobre el espíritu de las jornadas Daniel Mendoza, a cargo de la organización de las actividades.
Las nuevas parrillas están dispersas entre los árboles y forman una especie de anfiteatro alrededor de un colorido escenario de madera, que se ubica en el centro del predio. Desde esa tarima se dirige desde el primer domingo de enero el ciclo de jornadas culturales a través de una radio abierta que transmite información general y específica del lugar, y lo acompaña con música que la misma gente trae de sus casas.
Las actividades comienzan mientras la gente se prepara para el almuerzo, los distintos actores llevan cuentos a las mesas, que son narrados y actuados para toda la familia. También, está especialmente señalizada el área de “Cuenta cuentos”, donde las narraciones promueven la participación del público. En el año del Bicentenario, muchos de los cuentos actuados están anclados a ese tema, aunque también se representan clásicos infantiles. El objetivo “no es sólo la diversión, sino que además se transmiten contenidos y valores culturales”, aseguró Mendoza. Las familias depositan su confianza en los animadores que recorren el predio en busca de los chicos y, una vez formadas las largas filas van a los juegos de la plaza “Los únicos privilegiados”. “La dinámica siempre se va adaptando según la situación. Es un trabajo en equipo y a todo terreno”, aseguró uno de los actores, Horacio Saita.
Los sectores donde se juega, actúa e improvisa están decorados con telas e impresos que refieren a citas célebres de personajes que simbolizan la idea del proyecto. Por ejemplo, se lo puede encontrar a Arturo Jauretche, a través de una de sus reflexiones: “Hasta que los argentinos no recuperemos para la Nación y el pueblo el dominio de nuestra riqueza, no seremos una Nación soberana ni un pueblo feliz”. También, enmarcan las jornadas frases de Raúl Scalabrini Ortiz, Germán Abdala y Juan Domingo Perón, entre otros. Otro de los atractivos son los talleres en los que participan los chicos con ayuda de sus padres. Uno de los que mayor aceptación tienen es el de construcción de barriletes.
Las cooperativas, que trabajan en un plan coordinado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, tienen como tarea primordial recuperar los bosques para que vuelvan a ser un predio de recreación y esparcimiento.
Los ciclos culturales, encabezados por Ignacio Copani, forman parte de la iniciativa que busca revivir el lugar. Antes de que el público se amontone en el centro del predio para presenciar el recital, el músico dialoga y se fotografía con los que, de a uno, se acercan. Como la cara visible de este proyecto cultural y artístico, el cantautor refirió a la importancia de rescatar este enorme espacio verde y su patrimonio: “La mayoría de las barriadas vienen acá, a buscar un lugar que no lo tienen en ningún otro lado”.
Informe: Rocío Ilama.
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