Mario Alfredo Braccamonte, de 45 años, acusado de abusar sexualmente de una estudiante de 12, “nunca más va a ejercer su actividad como docente”, aseguró ayer el director de Cultura y Educación bonaerense, Mario Oporto. Lo dijo luego de que Braccamonte fuera detenido el viernes pasado. El abuso habría ocurrido dentro de la Escuela de Educación Básica 46, en la localidad de Hudson, partido de Florencio Varela, dirigida por Braccamonte, quien fue separado de su cargo en febrero, cuando la abuela de la víctima hizo la denuncia. “La tenía amenazada –aseguró ayer la denunciante–, le había dicho que si ella contaba algo la iba a llevar a un descampado y nadie la iba a volver a ver.”

Según contó la abuela de la niña –que comenzó el año lectivo en otro colegio–, las sospechas aparecieron en medio del brindis de fin de año. “La nena agarró una máquina de escribir y a la mamá le llamó la atención porque nunca la había usado. Comenzó a escribir una carta, la hizo un bollito y la tiró. La madre la sacó del tacho y dos días después vino a verme con las cartas a casa y me dice ‘mirá lo que escribió’. Ahí empezó la locura”, dijo la señora, que hace veinte años trabaja de portera en una escuela primaria, ubicada en la misma manzana del secundario al que concurría su nieta hasta el año pasado.

En esa carta se mencionaba la supuesta amenaza de Braccamonte y el abuso que habría cometido. La abuela y la madre de la joven se acercaron hasta Viviana Salas, una inspectora escolar de esa zona del segundo cordón del conurbano, donde prima la pobreza y la exclusión social. “Nosotros derivamos la denuncia a la Justicia y aportamos algunas pruebas. Le dimos contención a la chica y a su familia, en febrero apartamos al docente de esa escuela y le iniciamos un sumario administrativo”, enumeró Salas en diálogo con Página/12.

En los meses siguientes, Salas junto a un grupo de colegas investigaron y certificaron que Braccamonte no volviera a ejercer su cargo de docente. “Y que tampoco cobre su sueldo”, agregó la inspectora. Tras la suspensión, el acusado pidió licencia y no se supo nada de él hasta el viernes pasado, cuando fue detenido. La orden de captura de Braccamonte tardó en llegar porque al principio la joven se negaba a los peritajes. Cuando decidió hacerlo, declaró tres horas en cámara Gesell, un sistema que permite que los menores hablen ante un psicólogo y no frente al juez.

Entonces la sospechas se agigantaron: no se trataba de manoseos, como creían los familiares. Hubo, para los peritos, al menos una violación, aunque no pudo determinarse si eso ocurrió más de una vez. Braccamonte fue detenido como sospechoso de “abuso sexual con acceso carnal agravado”, por su condición de director del colegio. El caso quedó en manos de la fiscal Claudia Brezovec, de la UFI 8 descentralizada de Varela, que se especializa en delitos sexuales.

Fuentes judiciales explicaron que la joven y Braccamonte mantuvieron un supuesto vínculo durante un año y que ésta habría sido abusada dentro de la escuela en noviembre pasado. Por entonces, la joven fue con su hermana mayor al colegio a devolver unas llaves que tenía su abuela en un día de paro docente. El director pidió a la hermana que fuera a comprar galletitas y cuando ésta regresó la puerta de la dirección estaba cerrada. Un rato después la joven apareció con la ropa manchada con sangre. Los peritos forenses habrían encontrado lesiones compatibles con una violación.