Luego de agradecer a Dios y a la pericia del piloto que manejaba la avioneta que se despistó ayer, el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, expresó: “La sacamos barata”. Tanto él como la procuradora bonaerense María del Carmen Falbo sufrieron heridas leves cuando el avión Piper PA42 Cheyenne que utilizan regularmente, y que fuera secuestrado en un operativo antinarcóticos, perdió el control tras dar contra un desnivel de la pista del aeródromo de la localidad de Mercedes. Las ruedas se trabaron en medio del carreteo para el despegue y la nave, que nunca tomó vuelo, terminó en medio de una arboleda y un pastizal.

“Cuando el avión levantó la nariz perdió el control. Es un milagro y una nueva oportunidad para seguir trabajando”, dijo el ministro tras el accidente que obligó a trasladarlo al Hospital de Mercedes, junto a Falbo y los dos pilotos. Aunque todos salieron de la moderna avioneta “caminando”, tienen algunos golpes producto de la sacudida que dio el avión cuando golpeó las hélices contra la tierra, y ya fueron dados de alta. Mariano Castelucci, secretario de Gobierno de Mercedes, detalló que la máquina “agarró un charco de agua, se de-sestabilizó y golpeó contra un monte cercano a la pista”.

El avión en cuestión es un biturbohélice que utiliza con frecuencia la Policía Bonaerense y que fue acondicionado, tras ser incautado a los narcotraficantes. “Es un jet preparado para mucha velocidad, por lo que podría haber sido peor”, evaluó Casal, quien según informó el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, “tiene un fuerte golpe en el hombro izquierdo”. El gobernador Daniel Scioli aclaró que el problema no fue el avión, que terminó bastante averiado, sino esa pista, de tierra “que no es ciento por ciento confiable como la de cemento”.