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Claudia Vásquez Haro, la joven trans peruana que es docente de la Universidad Nacional de La Plata y que busca sacar su DNI argentino con una foto que respete su identidad de género, recibió otro revés en su lucha. Una resolución firmada por la directora provincial del Registro de las Personas, le volvió a negar esa posibilidad. La oficina pública le exige recogerse el cabello y quitarse el maquillaje para tomarle la foto de su DNI, lo que para ella significa modificar su habitual fisonomía femenina. “Estoy pidiendo que respeten mi identidad. Ni siquiera les pido que me cambien el nombre”, dijo ayer a Página/12 Vásquez Haro. Y adelantó que seguirá la pelea ante el Registro Nacional de las Personas y si es necesario, recurrirá luego a la Justicia. En los papeles, Vásquez Haro todavía mantiene el nombre masculino, con el cual la anotaron al nacer.

La resolución lleva la firma de la titular del Registro Provincial de las Personas, Claudia Corrado. El gobierno bonaerense aduce la vigencia de la Resolución Nº 663/92 de la Dirección Nacional del Registro de las Personas, que en su artículo 2 establece que la fotografía “en ningún caso deberá dar lugar a interpretaciones erróneas del sexo” del portador del DNI. “Que en tal sentido, no cabe otorgar otra solución al caso de marras que la que específicamente se prevé en la norma. No siendo facultad de la Dirección Provincial del Registro de las Personas ir en más allá ni en contra de las resoluciones que emanan del Registro Nacional de las Personas, pues este último, en ejercicio de su competencia, es encargado de establecer los requisitos legales que deberán cumplirse para la confección del Documento Nacional de Identidad”, sostiene la resolución, a la que tuvo acceso este diario.

No obstante, el organismo provincial deja abierta la puerta para que sea una orden judicial la que le indique que haga lugar a la petición de Vásquez Haro, “conforme la jurisprudencia sentada en los últimos tiempos al respecto para casos similares”, alegó.

“Como soy inmigrante, necesito el documento argentino por primera vez, para luego iniciar el reclamo por el cambio de nombre. Esa será otra instancia”, aclaró la mujer. Vásquez Haro tiene 36 años y hace una década que vive en el país. En octubre obtuvo la radicación permanente, que la habilita a tener un DNI argentino. Cuando a mediados de ese mes fue a tramitarlo a la delegación platense del Registro Provincial de las Personas, el titular de esa repartición le indicó: “Andá a lavarte la carita y hacete una colita en el cabello hacia atrás. Porque tiene que salir más de varón la foto, para que vaya bien en el documento, porque si no, hay algo que está mal, o está mal el sexo o está mal la foto”. Pero Vásquez Haro se negó y realizó la denuncia en el Inadi. El organismo nacional pidió explicaciones al gobierno provincial. “Me quieren obligar a ser una persona heterosexual. ¿Dónde está mi libertad individual, de elegir cómo yo quiero ser con mi cuerpo? Me siento vulnerada, porque choco una y otra vez con la intolerancia y la discriminación por parte de las instituciones del Estado, que deberían protegernos y, en cambio, me violentan con estas prácticas autoritarias”, comentó Vásquez Haro.

No se define como travesti: elige llamarse trans. Como otras chicas transgénero, tuvo que recurrir a algunas operaciones (glúteos, pechos y caderas) y tratamientos hormonales. Está cerca de graduarse como licenciada en Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, donde además dicta dos seminarios y dirige el Observatorio de Comunicación, Género, Diversidad y Derechos Humanos.

Si avanza el tratamiento en la Cámara de Diputados de la Nación, de un proyecto impulsado por la Federación LGBT, las personas trans podrán cambiar sus datos registrales, en el DNI y la partida de nacimiento –como lo hizo vía judicial la actriz Florencia de la V–, sin necesidad de recurrir a los tribunales. Tampoco se les exigirá cirugías de reasignación de sexo ni diagnósticos médicos.